"Hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha"

Juan Manuel Serrat


La letra de la canción “Fiesta”, de Serrat, define la importancia que le dan los españoles a este festejo popular.
Otra vez, por iniciativa de la escuela del barrio Rivadavia, decidieron retomar la costumbre de los ancestros españoles –una encuesta dio cuenta que la mayoría de los vecinos hijos o nietos de inmigrantes tenía esa procedencia- y realizaron la primer fogata en junio de 1999.
En ese entonces, más de 3.000 personas marcharon con antorchas para avivar el fuego encendido en un predio ubicado a la vera del ferrocarril.
Allí, padres, docentes y alumnos de la escuela San Martín, esperaban a los vecinos del barrio –y de toda la ciudad- para ofrecerles batatas asadas o manzanas acarameladas, que habían sido donadas por el Mercado de Abasto.
La iniciativa surgió por un trabajo propuesto en las aulas en el año internacional de los Adultos Mayores. Entrevistaron a abuelos, vieron cómo eran las condiciones en la que los inmigrantes llegaban a Argentina y preguntaron sobre las costumbres.
Así fue que decidieron retomar la costumbre de la fogata que disfrutan niños y mayores para dar la bienvenida al solsticio de invierno o bien, para recordar a San Juan Bautista.

Datos del origen de la celebración

Hace miles de años los pueblos del norte de Europa (hoy Suecia y Finlandia) festejaban con una gran fogata, danzas y comidas típicas, la llegada del solsticio de verano, el 24 de junio.
El fuego significaba purificación y fertilidad. Las llamaradas de la fogata perpetuaban la luz, que duraría seis meses. Ya en la era cristiana, esta tradición llegó a España, donde fue apropiada por la Iglesia para contemporizar con las costumbres que no podían evitar. Así, la fogata fue adoptada para celebrar el nacimiento de San Juan Bautista.
En España, se han venido practicando estos ritos desde la más remota antigüedad, en fechas que podían cambiar de unas a otras, aunque no tuvieran en todas la misma duración, pues en algunas comarcas el tiempo previsto se reducía a la noche precedente a la festividad de “San Juan” en la que se trataba de recoger cuantas manifestaciones conocemos a este propósito.
Así, la fiesta de “San Juan Bautista” se celebra en Bolivia el 24 de junio, actualmente y sin diferir mucho de su origen, esta celebración simboliza la purificación del agua y el júbilo por los dones de la naturaleza. Son días de reflexión, pero también de alegría que inspira sentimientos de hermandad, donde el principal y elemental símbolo es la fogata, actualmente prohibida en las ciudades e incluso en los pueblos por razones de salubridad ambiental.

EL DATO

Uno de los centros de concentración del barrio Rivadavia es la parroquia, erigida en honor a nuestra señora del Luján.
Además de la actividad religiosa, que reúne a mucha gente habitualmente, la parroquia es sede de otras organizaciones de ayuda mutua como las que nuclea a los alcohólicos en recuperación y a sus familias.
Un servicio a la comunidad que se ofrece desde uno de los espacios más concurridos del barrio.