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20 de Mayo de 2012
Transitando los caminos de la historia - Nota 292
Bodas de Plata del Inescer
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Emilia Suárez de Repetto, primera vicedirectora del Inescer, el entonces presidente Raúl Alfonsín, Angel Diego Márquez y Camilo Rodríguez, en la Casa Rosada

Escribe:

Jesús Chirino

El 29 de mayo próximo venidero se cumplirán 25 años del día en que se firmó la resolución que inauguró el andar, como institución pública, del Inescer “Dr. Angel Diego Márquez”.

Un 29 de mayo

Al calor de una constante lucha para fortalecer la recientemente recobrada vida democrática, un grupo de educadores acompañado por militantes de causas nobles, representantes de organizaciones de Villa María, Villa Nueva y la región, se impusieron la tarea de crear una nueva institución de educación superior. El objetivo iba mucho más allá de replicar experiencias ya dadas en estas tierras, se trataba de innovar en el campo educacional.
Primero surgió la Fundación para la Educación Superior y la Investigación del Centro de la República (Fundacer), organización de amplísima participación comunitaria la que recogió el apoyo de numerosas instituciones del medio. En asamblea se encargó a Márquez la organización de un instituto de educación superior. A partir de un gran trabajo del grupo de gente que acompañaba a este pedagogo, incluso de un trabajo de investigación que permitió realizar la elección y el diseño de las carreras que se dictaría en la nueva institución, surgió el Instituto de Educación Superior del Centro de la República. Sería esa la antesala del Inescer.

Como dije la fecha clave fue el 29 de mayo, aniversario del Cordobazo, esa gran rebelión popular a finales de los años ‘60. En la misma fecha, pero de 1987, el Ministerio de Educación y Justicia de la Nación dictó la Resolución 902 por la cual se creó el Instituto Nacional de Educación Superior del Centro de la República (Inescer). Se lograba así el objetivo de que el Estado no tuviera un papel subsidiario sino que asumiera la responsabilidad de hacerse cargo de lo que fue el primer instituto oficial de educación superior en estas ciudades.

Apoyo
presidencial

El Inescer, surgió a partir de un decidido apoyo político de quien entonces era el presidente de la Nación. Así lo describe EL DIARIO en un artículo del 11 de agosto de ese año donde se dice que las medidas tomadas por el Ministerio “contaron con el aval del presidente de la República, doctor Raúl Ricardo Alfonsín. El primer magistrado ofreció todo su apoyo a la Fundación para la Educación Superior y la Investigación del Centro de la República (Fundacer) y el Inescer, en la entrevista que mantuvo con representantes de ambas instituciones en abril pasado. El presidente de la República, quien se interesó vivamente por la peculiar estructura académica del instituto y por la labor educativa que éste desarrolla, destacó la importancia que para el desarrollo de la región poseen las carreras que implementa el Inescer. Alfonsín, además prometió visitar el instituto”.

A poco de andar la nueva experiencia se produjo la rebelión militar de Semana Santa, los tiempos políticos fueron modificando su ritmo y ampliándose las complicaciones. Quizás eso hizo que el presidente de la Nación nunca visitara el Inescer. Aunque dos políticos de su línea, que supieron hablarle del proyecto, siempre se mantuvieron cercanos a la entidad educativa, se trata del entonces legislador Miguel Olaviaga y de Camilo Rodríguez que en aquel tiempo era asesor gremial del presidente. Estas dos figuras fueron de importancia pues, como suele pasar ante toda innovación, aparecieron algunas resistencias que finalmente fueron vencidas.

Mediante la ya mencionada resolución, que creó el instituto, éste surgió con autonomía académica y el Ministerio consideró que era una experiencia pedagógica inédita en nuestro país y valoró conveniente que se implementara en el ámbito oficial a los fines de su posible y eventual generalización a otros institutos de Nivel Superior.

Tiempo antes, el 12 de abril de aquel año, Angel Diego Márquez, cuando aún no se había aprobado la Resolución 902 y la institución era nombrada como Iescer, opinó acerca de la sintonía del proyecto con las políticas del momento. Así puede leerse en EL DIARIO de entonces: “Me permito aclararle que la situación legal, la organización y la estructura del Iescer se enmarcan en las líneas de política educativa trazadas por el señor presidente de la Nación en varios de sus discursos y por las actuales autoridades educativas, en lo que respecta a la responsabilidad fundamental del Estado en la Educación -contraria a la subsidiariedad del Estado- así como también en lo que respecta al aporte y a la participación comunitaria en las instituciones educativas. Ideas que por otra parte siempre hemos sustentado quienes hemos promovido la creación del Iescer”.

Continuar
construyendo

En esas mismas declaraciones el rector organizador de la institución hace referencia al reglamento que regía la misma, dice que establece “…la estructura académica, la organización funcional, los órganos de gobierno, etcétera, que son propios de este instituto y que se diferencian netamente de los existentes en otros establecimientos oficiales de Nivel Superior no universitario. Por ejemplo, las autoridades del Iescer (rector, vicerector, directores de escuelas y coordinadores de institutos) son elegidos por los representantes de los claustros (profesores, alumnos y graduados) y de la comunidad, representada por los miembros del consejo de administración de la Fundacer. El mandato del rector, vicerector, director de escuelas y coordinadores de institutos tienen una duración limitada de cuatro años. La autonomía pedagógica de la que goza el Iescer le permite determinar su propio régimen de asistencia, evaluación y promoción, ensayar nuevas metodologías didácticas, etcétera”. Luego agrega “En el Iescer los alumnos no tendrán obligación de asistir a las clases teóricas. Ello posibilitará seguir estudios a los jóvenes trabajadores”. También habla de la elección de los docentes mediante concursos.

En una comunicación de prensa del Inescer, del año 1988, se dice que “tiene desde su nacimiento el impulso de postulado tales como el respeto de la libertad intelectual y científica, la defensa y consolidación de la vida democrática, la prescindencia en materia religiosa o partidaria, la reafirmación de la idea de Nación como entidad histórica, independiente, desarrollada y moderna, la necesidad de hacer efectiva la igualdad de oportunidades, y la defensa de la universalidad de los derechos humanos”.

En ese documento también se señala que el Inescer, que con el paso de los años pasaría a depender de la administración provincial, “en los primeros meses de 1986 era sólo una idea en la mente de Angel Diego Márquez, un docente argentino que durante muchos años estuvo radicado en Francia, trabajando para la Unesco”. Márquez era un hombre de figura gruesa, cuerpo macizo. Caminar lento, de gesto serio y una sonrisa contenida que asomaba cuando era necesario para dar confianza o festejar alguna ocurrencia. De voz grave, profunda, precisa en la pronunciación de cada sílaba, su sola presencia imponía autoridad y siempre estaba dispuesto a escuchar la posición del alumno y brindar el consejo o la pregunta que ayudaba a despejar obstáculos. Cuando hablaba parecía leer un escrito elaborado de antemano. Pues para exponer sus ideas hilvanaba frases de correctísimas estructuras, en un orden lógico implacable. Su puntillosidad en el decir quizás le imponía ese hablar pausado. Un hombre generoso que trabajó por la ciudad que había adoptado como su lugar en el mundo. En estos días se festejarán las Bodas de Plata del Inescer, mucha agua ha corrido debajo de los puentes y no han sido pocas las reformas y reestructuración que, políticas mediante, se aplicaron a la institución. Pero la utopía por la que muchos trabajaron sigue en pie y no pocos continúan ofreciendo sus esfuerzos para la continuidad de un camino iniciado hace más de dos décadas.

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