La joven Yanina Montenegro convocó ayer a la prensa para dar cuenta del estado de situación que ha padecido durante un mes de estadía en uno de los departamentos del edificio Alem.
Entre otros reclamos, Montenegro hizo eje en la presencia reiterada de murciélagos en el piso 12 D.
“Se alojaban en los taparrollos de las cortinas y en los calefactores, que no se pueden usar. Hasta una noche, los bichos ingresaron en mi habitación, en mi cama y se me prendieron al pelo. Por ello ahora no puedo dormir a oscuras y estoy en tratamiento. Durante esos días tuve que usar barbijos por el excremento y el olor nauseabundo que dejaban”, comentó.
Asimismo, la joven damnificada tuvo que lidiar con otros trámites. “Nunca tuve derecho de recibo de electricidad a mi nombre, ya que tuve que pagar luz de obra, es decir que se me fraccionaba lo que el edificio gastaba. Nunca se le dio de baja a los inquilinos anteriores, tanto en la luz como en el canal”, alegó.

“Hice reclamos pero nunca me respondieron”

Montenegro ingresó al edificio de Alem al 150, el 2 de enero, tras firmar un contrato por dos años y prestar conformidad el 30 de diciembre. Al principio debía abonar $1.300, para luego ajustarse a un aumento que alcanzaba los $1.500. Debido a sus padecimientos, Montenegro decidió volver a su casa de origen.
“En varias ocasiones hice reclamos a la administración, la inmobiliaria de Claudio Salas y al dueño del departamento, Raúl Martini de La Playosa, pero no tuve respuesta alguna. Con la inmobiliaria, por ejemplo, habíamos quedado en que yo colocaba los mosquiteros, como hice, y ellos teóricamente me iban a reconocer el gasto. No fue así y después me mandaron una carta de documento por mora. Ahora fuimos con mis abogados (representados por Martín Gigante), pero no me quisieron recibir la plata. Tuvimos que consignarla y depositarla mediante acción judicial”, indicó.
El letrado Gigante agregó a los medios que “Montenegro se convierte en el tercer inquilino que rescinde el contrato antes de los cuatro meses” y que “la inmobiliaria hace responsable de estos perjuicios a la construcción del edificio”. Por su parte, Martini, el dueño del edificio, se presentó ayer junto a sus abogadas a la entrega formal de las llaves, pero no quiso dialogar con la prensa. “No tengo nada que decir”, acotó mientras se retiraba del edificio.

Otros casos

El edificio, que tiene más de dos años de abierto, ha recibido quejas de vecinos sobre: falta de mantenimiento de los matafuegos, la ausencia de un portero eléctrico, ascensores que no funcionan debidamente y la falta de condiciones necesarias internas para que el agua sea potable (según la Cooperativa 15 de Mayo), entre otras.

Foto 2: Muestra de murciélagos muertos en la habitación

Foto 3: El dueño del departamento, Raúl Martini, no quiso hablar