|
|
|
|
|
|
|
Tuvo una importante participación la primera reunión del grupo de ayuda. El sábado próximo se vuelven a encontrar |
|
|
|
|
|
Gricelda Cipolla es una luchadora. Así superó el primer cáncer que le diagnosticaron en el colón hace ocho años. Después, vino el segundo, en el hígado.
La situación no fue fácil desde el primer día hasta hoy. Laboralmente, tuvo que dejar de desempeñarse como cocinera (siempre estuvo en negro, sin obra social) porque su tratamiento se lo impedía.
En salud, no fue mucho mejor. Se encontró con muchos médicos sin corazón, que la trataban como si no hubiera nada que hacer.
En seguridad social, tiene que unirse de paciencia, dado que hace un año tramitó una pensión no contributiva por la cual cobraría 1.100 pesos y todavía la espera.
Pero no bajó los brazos. Golpeó puertas, reclamó, investigó. “En Villa María, cada puerta que tocás se te cierran diez”, dijo Cipolla a EL DIARIO.
Pero, la vida quiso que fuera a Buenos Aires “donde sucede lo contrario. Por cada puerta que tocás, se te abren diez”, señaló.
Se atendió en el Hospital Municipal Marie Curie y luego, fue operada del hígado por el equipo de trasplante del Hospital Argerich.
Destaca la labor de la seguridad social en la Capital. “Las drogas estaban en 48 horas sin problemas y hubo una sola que demoró 20 días, porque la traían de Alemania a un costo de 60 mil pesos, que por supuesto a mí no me cobraron.”
Estuvo así un año y medio viviendo en Buenos Aires, donde logró avanzar en su recuperación y aprender que la enfermedad “así como la generamos nosotros, así también tenemos nosotros que ayudar a generar la cura. Pero para eso, tenemos que contar con información, con asesoramiento”, afirmó.
Hace 15 días se hizo la última sesión de quimioterapia en Buenos Aires y, luchadora como siempre, quiso “devolver en Villa María todo lo que recibí en Buenos Aires”, por lo que instó a la formación de un grupo integrado por personas que padecen la enfermedad y sus familiares.
“El sábado tuvimos la primera reunión y realmente quiero agradecerles, porque muchos se enteraron por EL DIARIO”, dijo Cipolla.
El sábado próximo, tendrán un nuevo encuentro para seguir hablando juntos de los problemas comunes.
“Me fui a Buenos Aires enojada y volví contenta. Quiero compartir con toda la gente que padece esta situación la experiencia, para que todos podamos ayudarnos.”
Ese fue el impulso que la movió a formar el grupo de ayuda que por ahora, funcionará bajo el paragüas institucional de Adesin, una asociación de la ciudad que tiene su sede en Salta 1017, donde se realizan las reuniones.
“Ya tenemos ofrecimientos de abogados que nos asesorarán legalmente, queremos ofrecer ayuda psicológica”, para que, tanto el paciente como el grupo familiar, tengan las herramientas para sobreponerse a la enfermedad y todo lo que ésta genera.
“También hay gente que se ofreció para dar talleres, como el de Danza Vida, que se está dando en los altos del Teatro Verdi y otros relacionados con aspectos artísticos”, que son instrumentos terapéuticos para todos.
“Un grupo de enfermeros se ofreció también a prestar servicios. La gente nos está apoyando”, remarcó.
Otro ofrecimiento que tuvieron fue el de personas que ayudarán con horas de trabajo para tener abierta la Asociación todos los días, a los fines de evacuar dudas, receptar datos y recibir sugerencias.
“Tenemos muchas ideas, pero lo fundamental es apoyarnos, escucharnos. No sabés como ayuda que alguien te escuche”, indicó.
Ahora, están solicitando pintura porque quieren hermosear la sede de Adesin, donde se realizan las reuniones “porque te cambia el ánimo estar en un ambiente agradable”, concluyó Cipolla, una luchadora.
Otras notas de la seccion Locales
Olaviaga y Bedano en el racimo de opciones
Los comicios marcados por la presencia de Zannini y Cavagnero en las boletas
"Ya no es factible sostener la imagen de familia dominante"
Entusiasmo y aprendizaje: lo que dejó la Feria de Ciencias
"Cada vez más niños se involucran en la ciencia"
|