Escribe: Juan Manuel Gorno
(enviado especial)
Perder en Salta, contra Juventud Antoniana, nunca significó una desgracia para Alumni desde que se dio a conocer el fixture del Argentino A. Sin embargo, perder como lo hizo ayer el equipo, por el momento que atravesaba y la ingenuidad que expuso en pasajes claves del partido, deja un sabor más amargo del esperado, en la 14ta. fecha del certamen.
Juventud ganó bien, 2 a 0, pero lo hizo mechando su propio potencial con las falencias de un rival que sólo puso voluntad para no desordenarse y nada más.
Como en tantos partidos antes de la remontada futbolística que tuvo recientemente, Alumni tardó en “salirse del molde” para lastimar al rival y sumar algún poroto en el estadio Padre Martearena, donde el local no hizo mucho para sacar ventajas en el primer tiempo, pero terminó redondeando una tarde-noche positiva, que provocó el delirio feliz de sus hinchas en la tribuna.
El equipo villamariense trató de imponer un ritmo cansino desde el arranque, pero su falta de compromiso para sorprender en el ataque facilitó el trabajo del local, dentro de un trámite chato hasta los 24 minutos de la primera etapa, cuando Marco Navarro (el más habilidoso del local) se escapó por derecha y envió un tiro que Julio Chiarini desvió al córner con cierto esfuerzo.
Esa jugada reflejaba que Juventud Antoniana debía dejar de caer en la telaraña defensiva que propuso Alumni. Y la única forma de hacerlo era ganando en el mano a mano con arrebatos individuales de sus jugadores más “pudientes”.
Por eso cuando Alumni se arrimó al área mediante un tiro libre, curiosamente llegó el primer gol salteño, organizado en un contragolpe tremendo, ya que Matías Rinaudo se escapó con pelota al pie y esperó a Gutiérrez para habilitarlo por derecha. El delantero -sin una marcación pegajosa- se hamacó y envió el centro; Chiarini no alcanzó a despejar y dejó un rebote que Navarro capitalizó para inflar la red, ingresando por el medio, a los 28 minutos.
Ese tanto parecía derrumbar lo planeado por Alumni, que tuvo una tibia reacción, apenas con un toque profundo que el arquero José Luis Campi controló antes que Víctor Rena conectara de primera.
En lo demás, hasta el cierre del período, el equipo dirigido por Mauricio Magistretti sólo se limitó a batallar en la mitad de la cancha para recuperar, pero no para pensar o sorprender. De hecho, apenas intentó justificar esa forma de juego con un tiro desde lejos que probó Aimar, pero que se fue desviado.
Claro que Juventud Antoniana por entonces tampoco hacía demasiado, se apresuraba en los últimos metros sin precisión y a veces buscaba con centros sin destino, salvo Navarro, que hasta inquietó después de un saque lateral, cuando recibió la pelota y disparó por arriba del travesaño.

Rojas y Godoy

En el segundo tiempo, Alumni salió más decidido y generó la chance más nítida para empatar, a los 9’, cuando Alexander Lucero dejó atrás a un rival y sacó el remate potente; José Luis Campi -de gran trabajo- tapó y dio rebote, pero Aimar -entrando en la misma posición que Navarro en el gol de Juventud- tiró la pelota por encima del travesaño.
Parecía que Alumni no volvería a tener otra situación semejante, sobre todo porque ninguno daba espacios para jugar ni aprovechaba el buen estado de la cancha para hacer algo diferente.
Juventud fue quien estuvo más lúcido, pero desde el calibre individual de algunos de sus jugadores, como Rinaudo y Navarro, que siempre amagaban con algo diferente.
Precisamente, el primero envió un tiro que Chiarini desvió al córner, y el enganche estuvo a punto de provocar un penal que el tucumano Ariel Montero no vio.
A esa altura, también estaba en cancha Lucas Godoy para aportar su cuota de talento en el toque corto o el pase milimétrico.
Después llegó el tiempo de expulsiones increíbles, a instancias del asistente Angel Barrionuevo, justo por el sector donde preocupaba Rinaudo.
La primera se dio a los 31’ , por un codazo de Alexis Díaz, y la segunda, a los 38’ , por un golpe de puño de Fernando José, según constató el “linesman”, para que Montero mostrara las rojas.
Con ese panorama, el partido dejó de ser partido. Juventud manejó la pelota a su gusto, se paró firme atrás y no liquidó antes el encuentro por las deficiencias en la definición que exhibió el centrodelantero Damián Cirilo.
Para cerrarlo apareció la distinción de Godoy -que debutaba en el certamen después de una larga suspensión-, quien definió con un remate cruzado, desde afuera del área, haciendo alarde de su destacada técnica, esa que Alumni extraña, aunque acumule voluntades.

La figura
Matías Rinaudo fue una pieza clave en el mediocampo de Juventud, por la presión que ejerció sin pelota y el trato que le dio cuando la tuvo. Además, generó la jugada del primer gol y fue incisivo en el complemento. También se destacó Marcos Navarro, siempre desequilibrante y autor de un gol.

El árbitro
Ariel Montero tuvo un arbitraje flojo para los dos. Debió expulsar a Figueroa en el primer tiempo cuando, estando amonestado, el jugador cometió infracción para la segunda amarilla. Pero Montero también dejó pasar un penal a Navarro y -como tantos otros- se hizo el “sota” cuando todos se golpeaban en las jugadas con pelota detenida. En las expulsiones, las acciones fueron vistas por el asistente Barrionuevo, aunque José protestó porque, al parecer, recibió un golpe igual antes de su reacción. Montero tampoco aceleró el juego cuando Alumni buscaba el empate.

Posiciones
ZONA 3
Equipos Pts. J G E P Gf Gc
Desamparados 24 12 7 3 2 18 10
Ctral. Córdoba 22 13 6 4 3 13 8
Juv. Antoniana 21 12 6 3 3 20 14
Dep. Maipú 19 12 4 7 1 13 9
Racing (Cba.) 18 13 5 3 5 15 17
Alumni 17 13 5 2 6 10 11
Juv. Unida (SL) 16 13 5 1 7 17 20
Gimnasia (Mza.) 14 12 4 2 6 11 16
Talleres (Jujuy) 4 12 1 1 10 6 18
Próxima fecha (15ta.): Racing - Juv. Antoniana, Desamparados - Gimnasia, Maipú - Juv. Unida y Talleres - Ctral. Córdoba. Libre: Alumni.