“En cualquier momento a alguien se le corta el freno y se va de boca...”.
El comentario estuvo haciendo equilibrio justo en el borde de una mesa de café. La frase dicha con una sonrisa fue tomada al vuelo por la periodista y acomodada en su lugar...esperando más demostraciones.
“En el Eninder la situación transita por una cuerda floja y sin red.”
Unos minutos de misterio en la noche estrellada, cálida, sin tiempo. Y después, pavimento.
El asfalto y la discriminación son parte del drama en varios actos que tienen como escenario el ente que nuclea a varias localidades.
“Villa María hace lo que quiere, reparte las cuadras de pavimento que financiará la Nación a gusto y placer y eso es una bomba de tiempo."
Números en mano, el hombre se preguntaba por los costos. “¿Te parece que los montos de las obras están relacionados con los precios reales de cada cuadra. Mirando los presupuestos uno piensa, de qué es el asfalto...de oro?”
Eso no es todo. El señor movió el dedo de un lado para otro y remarcó sílaba por sílaba. “A General Deheza, una ciudad pujante si las hay, le dan 50 cuadras y a otros pueblos, con necesidades, ni una mano de bleque ni una cuneta ¿cuál es el criterio?”
La pregunta marcó el cierre de uno de los actos. Corrió el telón.
Los espectadores no aplaudieron, se quedaron pensando. ¿Cuál es el criterio para discriminar a las poblaciones, que en realidad son las que pagan los costos por tener y hasta por no tener?
Esperaremos el segundo acto.