A media mañana, los trabajadores del polvorín nucleados en ATE, salieron hasta la puerta de la fábrica para cantar un feliz cumpleaños improvisado a la institución.
Es que ayer, el predio fabril cumplió 75 años y como no se realizaron festejos oficiales, desde el gremio resolvieron hacer uno simbólico.
“Más allá del protocolo, los trabajadores festejamos que la fábrica esté en pie, que siga siendo el establecimiento fabril más importante de la región y que el trabajo de varias generaciones haya dado como fruto los primeros años de una industria del Estado que debe ser motivo de orgullo”, indicaron desde el sindicato.
Fueron unos minutos y luego todos volvieron a sus tareas habituales, con la convicción de que habían podido celebrar la historia de la que los trabajadores forman parte, no sólo por su tarea, sino porque además fueron el bastión de la resistencia al cierre de la fábrica estatal durante los años ‘90.