|
|
|
|
|
|
|
Martín Gill aprendió en los últimos años a descubrir los secretos de la gestión universitaria y hoy tendrá en sus manos una alta responsabilidad |
|
|
|
|
|
Escribe: NET
Una sorpresiva noticia estuvo en el centro de la escena política, esta semana.
Mientras el intendente de Villa Nueva, Guillermo Cavagnero, tenía su pequeña cuota de protagonismo en el escenario montado por Cáritas para inaugurar las viviendas con la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en teleconferencia.
En el mismo momento en que el jefe local Eduardo Accastello compartía un acto en la Medioteca con el ministro de Educación Walter Grahovac y el funcionario nacional Jaime Perckzyc, una noticia iba lentamente ganando las calles virtuales.
Un nombramiento se filtraba entre los debates de muchos pesos y escasos dólares. Martín Gill, rector de la UNVM, fue para muchos la gran novedad entre los que transitan los claustros universitarios y los que agitan la bandera del peronismo.
Su nombramiento al frente de la Secretaría de Políticas Universitarias dejó varios ojos abiertos con la típica expresión del asombro.
“Es muy importante para la ciudad que uno de los nuestros haya llegado a ese cargo”, apuraron algunas voces del accastellismo recordando que el abogado hizo sus primeros, segundos y terceros pasos al lado de Accastello.
Sin embargo y con remate, no se puede perder de vista que la carrera que lo llevó a nivel nacional la fue transitando en los espacios académicos.
Con un perfil que parece estar acorde al privilegiado por el poder en estos tiempos, Gill gestionó la Universidad Nacional de Villa María, a partir de 2007, con un estilo particular que le permitió conseguir una serie de logros a nivel interno y una fuerte presencia a nivel social.
En estos últimos cuatro años, el letrado aprendió una serie de secretos del ambiente universitario. Los procesó aumentando el nivel de experiencia en estos asuntos.
Si bien para muchos fue sorpresa su nombramiento, profundizando en su trayectoria de los últimos dos años podríamos decir que era factible pensarlo en el Gabinete.
El haber sido nombrado presidente del Consejo Interuniversitario Nacional fue un pase preliminar para el equipo gubernamental.
Sin duda, Gill con su mensaje de una universidad de transformación e inclusión, estuvo apuntado como uno de los dirigentes de la nueva generación. Tiene menos de 40 años, gran capacidad de oratoria, una formación académica humanista y cristiana. Requisitos que hoy parecen ser las estrellas del proyecto nacional.
Otras notas de la seccion Opiniones
Escriben los lectores
Escriben los lectores
Una historia, entre tantas
Los lectores también escriben
Lamentable
|