La disertación tuvo lugar ayer en el marco de la cátedra Abierta América Latina: “Ciencias Sociales, Transformaciones Sociales y Políticas en la Actualidad Latinoamericana”.
En la oportunidad, la socióloga, diputada de Proyecto Sur, fue crítica de las universidades cuando éstas buscan “incluir” con distintos programas, sin escuchar lo que el sector de la sociedad al que apuntan tiene para decir.
A modo de ejemplo, Argumedo explicó que en la Universidad Nacional de La Plata presentaron una programa denominado “bajemos a los barrios”, a lo que se preguntó ¿cómo bajamos?, ¿qué son una montaña?
Para la profesional, desmitificar la cultura universal es uno de los objetivos de la universidad, que hasta el momento no pudo cumplir; y remarcó que en la década del 80, mientras el neoliberalismo se preparaba para desembarcar con sus políticas, la universidad debatía si era marxista o post marxista.
“Posteriormente, en el 2001 las universidades quedaron colgadas sin saber que hacer”, sin embargo, “el pueblo se organizó, formó las empresas recuperadas que marcaron un rumbo permitiendo eliminar el costo empresario y conformando empresas sociales de calidad, las que a corto plazo contarán con la posibilidad de incorporar tecnología y le permitirá reducir horas de trabajo sin afectar las fuentes laborales”.
El sistema universitario debe ampliar conocimientos, a pesar de ello, en la década del 90 (neoliberalismo) se realizó lo contrario, degradando la universidad y precarizando la mano de obra.

¿Cómo y en función de qué explotamos nuestros recursos naturales?

La minería a cielo abierto, la soja como monocultivo y la extracción de petróleo generaron un profundo debate en la sociedad. Para Argumedo, las universidades tienen el problema de plantear estos debates con seriedad.
La extracción de minerales como se práctica en nuestro país (realizada por empresas extranjeras) con el uso de cianuro y agua en exceso, derrumbando cerros, que luego de 12 años deja como saldo los “diques de cola”, que contienen agua contaminada con cianuro y metales pesados.
La producción de soja, del modo que se implementa, con la utilización de agroquímicos, principalmente el glifosato, y la destrucción masiva de bosques nativos fue otras de las preocupaciones de la socióloga.
Sin embargo, y en el marco de la discusión de la estatización de YPF, la preocupación se dio por la explotación del mismo y el “petroleo GEI” (produce gases de efecto invernadero), el cual a diferencia del petróleo convencional, éste se encuentra entre las piedras y se extrae con la utilización de abundante agua, ácidos y otros químicos, generando un gran impacto en las napas acuáticas más profundas.
Para Argumedo, en la explotación del petróleo, la integración se debería llevar a cabo con Petrobras o PDVSA y no con EXXON (de capitales estadounidense), lo que va a generar un petróleo caro pero seguro para el país norteamericano, teniendo en cuenta los problemas que tienen hoy los actuales políticos de Estados Unidos con Medio Oriente.
La forma de trabajar la soja, la minería, las pasteras y el petróleo “harán que este país sea invivible en los próximos años si no se cambia la forma de producción”, expresó la diputada, afirmando que “los niveles de degradación son altos.

Debate nulo

La ex candidata a presidente de la Nación en las últimas elecciones reconoció que el nivel de debate político es bajo. “No es de término estratégico y está muy influenciado por el peso de las corporaciones”, principalmente en los debates que se realizan en las Cámaras (diputados y senadores) a la hora de deliberar sobre leyes de importancia como lo fue la “ley de medios” o la “ley de los glaciares”.
Finalmente y sobre la intención del Gobierno estadounidense de instalar una base militar en Chaco, y que días atrás esa iniciativa, que fuera rechaza por los ciudadanos de la región, y que el propio Gobierno nacional no permitiera la instalación, Argumedo dijo que “lo que Estados Unidos intenta es rodear a Brasil. Y que uno de los fines es controlar el Amazonas, como así también la problemática del agua, que será una de las próximas batallas para saber quién controlará el recurso vital”.
Para la socióloga, “la tarea humanitaria que tenía como fin la instalación de dicha base es poco creíble”.
Categóricamente afirmó que “el objetivo es controlar la triple frontera”.