Son tiempos de diferencias, de blancos, grises y negros, la discusión política volvió, ojalá para siempre.

Décadas de violencia para instalar modelos económicos de dominación, siguieron con la débil democracia de los ‘80, se consolidaron en los ‘90 hipotecando gran parte del futuro nacional, breve cambio de mando para profundizar la destrucción hasta la debacle final de 2001, grotesco intermedio con cinco presidentes hasta las elecciones de 2003, donde irrumpió de la nada Kirchner, el del apellido difícil de pronunciar.

Néstor, ese presidente sin protocolo, el de los mocasines de poco lustre, saco abierto y un poco desprolijo, con su esposa, Cristina, todo lo contrario, de cuidada estética, después nos sorprendería con su inteligencia de cualidades superlativas, Néstor nos sorprendió en su discurso del 25 de Mayo de 2003, al asumir, ya cansados de escuchar tanto, y comprobar de hacer poco o nada, lo miramos de reojo, será más de lo mismo o este personaje se trae algo distinto.
Hoy, a nueve años, comprobamos que no fue un discurso más, cumplió con esa frase de no dejar las convicciones en la puerta de la Rosada.

Una pequeña síntesis de estos años, de profundas transformaciones y revalorización de la política, un punto de inflexión para el sentir nacional, volvimos a sentir orgullo de festejar nuestras fechas patrias, necesidad de llevar con orgullo una Escarapela o embanderar nuestra casa, siempre acompañando actos con alegrías y lejos de agraviar o descalificar al opositor, aún así se llenan espacios en los medios hegemónicos donde señalan a este Gobierno como autoritario, intolerante, soberbio, y cosas por el estilo.

Sin embargo, lo que realmente se observa es que, parte de aquellos que no coinciden, son los que se expresan con odio, insultan, además de actuar con violencia, recientemente golpearon a periodistas de un programa de la Televisión Pública y a otros de un canal privado, cubrían un cacerolazo de escasa concurrencia en un barrio exclusivo de Buenos Aires.

Lo más llamativo era ver sus rostros desencajados y llenos de ira insultando desde la presidenta a cualquiera que represente o tenga algo que ver con el Gobierno, sus vestimentas delataban un bienestar económico importante, vociferaban que no los dejaban comprar dólares, que esto es una dictadura, que se avasallan los derechos individuales y barbaridades de todo calibre, hechos que fueron ignorados por los medios hegemónicos.

Sin embargo, un periodista de 6-7-8 en lugar de poner su micrófono con esta identificación, lo hizo con las siglas de CNN, el noticiero de EE.UU. en español, allí se acercaban con simpatía, alguien pidió que EE.UU. intervenga, que los ayuden para sacar a este Gobierno de cualquier manera, sus referentes en periodismo, Longobardi, Eliaschev, Grondona y otros, por supuesto opositores acérrimos al Gobierno de Cristina.

No cabe ninguna duda de que este sector de la sociedad es intolerante, autoritario, pacato, absolutamente insensible con esa sociedad de escasos recursos, es sencillamente la oligarquía, un Gobierno ejercido por unos pocos para hacer negocios que les permitan seguir enriqueciéndose cada vez más, los que exigen poder comprar dólares, no pagar impuestos, pena de muerte por cualquier delito, confinar a los homosexuales en alguna isla, no rotundo a los planes sociales o subsidios que no los beneficien a ellos, eliminar a los negros de m...

Este es el poder que enfrentamos la mayoría de los argentinos, el de la individualidad extrema, los nostálgicos de las dictaduras militares, mezquinos, avaros, los de siempre, viven en la fantasía que les da la riqueza y el poder, y con él confunden a otro estamento de nuestra sociedad como la clase media.

Se ha instalado una lucha de clases, ellos con su TOLERANCIA CERO, a quienes pretendemos una sociedad más justa nos avala la historia y la militancia con aquellos más postergados, lucha muy difícil, necesaria e ineludible.


D.P.
DNI 11445943