El Rocsen es conocido oficialmente como “Museo Polifacético”. Ya desde el nombre, el lugar deja bien en claro su carácter. Un espacio dedicado a una gran multiplicidad de aspectos que hacen al hombre y a su entorno. Caudal de elementos que regados de variedad y valor, convierten al palacio que los hospeda en un verdadero templo de la cultura y el conocimiento. Ubicado en pleno Valle de Traslasierra, a sólo 5 kilómetros de Nono y 12 de Mina Clavero, el Rocsen es orgullo de Córdoba. Referente del rubro a nivel nacional, cuenta con más de 33 mil piezas de colección, provenientes de los cinco continentes. Ansiosos por beber de su néctar, ya mismo comenzamos a recorrerlo.

Síntesis de espacios

En la fachada captamos la esencia de este gigante de 1.530 metros cuadrados de superficie cubierta. Columnas de estilo romano dan contundencia a la primera visual, con 49 estatuas de distintos personajes históricos del ramo del humanismo y el pacifismo: Leonardo Da Vinci, Teresa de Calcuta y Martin Luther King son algunos de los homenajeados.
Adentro, un torrente de cultura general nos empapa. Ocho salas repletas de artefactos, de ejemplares, de obras de arte, dispuestos para que el visitante aprenda y se asombre. La visita se torna algo desordenada, con tanto para contemplar y tanta pluralidad informativa para canalizar. La distribución no es precisamente esquemática, por lo que el paseo se disfrutará como una experiencia total.
Así las cosas, viajamos de salón en salón aprovechando el patrimonio servido. Sin repetir y sin soplar, surcamos varias temáticas: Geología (con una colección de 200 minerales de todo el mundo), Paleontología (400 piezas de diversas eras y regiones), Zoología (decenas de ejemplares embalsamados), Ornitología (1.200 aves embalsamadas), Entomología (colección de aproximadamente 1.000 mariposas), Botánica (180 hierbas medicinales) y Mar (500 moluscos, crustáceos y ejemplares de demás especies).
De allí, pasamos al sector denominado “El Hombre como protagonista”, el cual hace hincapié en la Antropología Física y la Arqueología. Dentro de la primera esfera encontramos diferentes tipos de cráneos, esqueletos completos de aborígenes y uno de los máximos baluartes del lugar: Una momia incaica de Nazca, Perú, de unos 1.200 años de antigüedad.

Los “Rincones”

Al lado están los llamados “Rincones”: el Europeo, el Francés, el de Bretaña y los “Criollos”. Son estos últimos lo que provocan mayor interés, ya que reflejan de manera bastante fidedigna los modos de vida de la sociedad argentina del pasado (1825 a 1925). Herramientas, elementos de uso cotidiano, medios de transporte y vestimenta típica ayudan a situarnos en la época.
“El Hombre en sociedad” es el próximo destino, donde destacan las siguientes secciones: Africa (repleta de exóticas piezas traídas directamente del continente negro), Oriente (surtido de tapices, lacas, ceras y “Bronces únicos”, entre los que destacan estatuillas egipcias e indias de 4000 años de antigüedad), “Historia de la seda y el traje” (Tejidos realizados en la zona del altiplano hace 2800 años, y sedas chinas), Iconografía (200 imágenes relacionadas con la fe), Pinacoteca (80 obras de arte, entre aguas fuertes, litografías y pinturas al óleo de diferentes épocas), Música (con unos 140 instrumentos), “El Hombre y el tiempo” (colección de relojes antiguos) y hasta un rincón dedicado a las armas.
No termina ahí la cosa. El ala “El hombre y la Tecnología” ofrece un sinnúmero de elementos realizados con la rueda, maquinarias a vapor, automóviles y carruajes, mecánica antigua, la física y la química, la radio, el cine y la fotografía, la escritura, la imprenta y la cerrajería, entre otras temáticas. Un listado copioso que, mediante ejercicio de síntesis, apenas entra en estas paginas. El mejor indicio del valor de este fantástico universo llamado Rocsen.