"Entre dólares y teatros"

Esta semana pasó de todo en nuestro país. Marcha de la CTA con fuerte apoyo de la CGT y de varias fuerzas opositoras.
Tres cacerolazos no multitudinarios, pero sí espontáneos en uno de los días más fríos del año con consignas variadas.
La renuncia del cuestionado Reposo y su inoportuna carta leída por el vocero presidencial por cadena nacional.
Mientras tanto la presidenta siguió “sorprendiéndonos" anunciando que iba a cambiar su plazo fijo de más de tres millones de dólares por su equivalente en pesos porque le parecía una mejor inversión.
Claro su asesor en materia económica es en estos momentos Víctor Hugo Morales, o quizás su hijo Máximo.
Pero como si esto fuera poco, también invitó a sus ministros y funcionarios amigos que, de hecho están todos dolarizados, a hacer lo mismo.
Se pasó por mi recuerdo justamente la frase del ex presidente Eduardo Duhalde “el que apuesta al dólar pierde” y la larga lista de malos consejos de inversión que se atrevieron a dar los políticos argentinos durante las últimas décadas que nos lleva a dudar de que si se quiere invertir con éxito los ahorros haya que seguir sus consejos.
No hace falta ser un especialista en materia económica para afirmar que un plazo fijo en pesos es la peor inversión que puede haber en la actualidad.
El cálculo es sencillo: la inflación es del 25% anual y la tasa que me paga el plazo fijo ronda el 12% anual. Conclusión: pierdo un 13% por año. Simple como eso.
Claro, quizás la presidenta y amigos funcionarios consigan algunas “tasas de retorno” más elevadas por otros mecanismos fuera del mercado. Lógicamente ciudadanos comunes y corrientes no tienen esos “privilegios”.
Ahora bien, la pregunta desde el punto de vista del conjunto de los argentinos tiene poco de relevancia en los términos planteados.
Concretamente esta discusión instalada desde el poder tan básica e inicial acerca de en qué moneda ahorrar, no nos lleva a ningún lado. El país no va a lograr prosperidad si nos limitamos a tocar este punto de forma aislada y tan poco serio, con bonetes y serpentina, como lo hizo nuestra mandataria. Que no dudamos de sus buenas intenciones sino de sus resultados.
Lo importante en estos tiempos de teatralidad evidente, sería también escuchar una voz oficial autorizada en economía sobre qué medidas se están tomando para que los argentinos vuelvan a valorar el peso y qué otras condiciones se están generando para crear instrumentos y profundizar las alternativas para canalizar el ahorro interno.
Desgraciadamente para todos los argentinos por el momento se escucha y se ve una presidenta cada vez más aislada, desorientada.
Voceros oficiales ridículamente repartiendo culpas de sus propias ineptitudes a medios de comunicación y factores del pasado.
Mientras no se vislumbre qué políticas intenta llevar a cabo el Gobierno para moderar la inflación, recuperar la confianza en la economía, el atraso cambiario y combatir la pobreza, tendremos que seguir viendo espectáculos mediáticos que sólo logran desviar la atención y postergar la resolución de los problemas.

Alexis Aguilar
Coalición Cívica ARI
Villa María