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El uso del chupete no es tan sencillo, ya que el mecanismo de succión del pecho es muy diferente al que se realiza con él |
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El reflejo de succión es un gesto innato en los recién nacidos que les permite alimentarse y garantizar su desarrollo. Se trata de un reflejo inconsciente que se comienza a gestar en el vientre materno y va desapareciendo poco a poco a partir de los seis meses, a medida que el bebé evoluciona, siendo sustituido por conductas con intención, como por ejemplo, el reflejo de prensión.
Cuando los labios del bebé entran en contacto con el pezón comienza el proceso de succión, lo que lo hace que sea un mecanismo fundamental para garantizar la lactancia materna; este mecanismo innato está asociado a los pechos de la madre, es decir, que con el uso de chupetes, tetinas de mamaderas, etcétera, se confunde al bebé en el mensaje que se le quiere transmitir provocando que éste no sepa mamar adecuadamente, y ante la dificultad de alimentarse comience a ponerse nervioso y de esta manera se disminuya la producción de leche.
La succión es uno de los elementos constitutivos de la etapa oral; ella favorece el desarrollo psicológico y madurativo. Este mecanismo reflejo que ejecuta el bebé, tanto para comer como para descargar tensiones, puede realizarse con el chupete, aunque algunos niños usan el dedo y el pecho.
Cuando el bebe es alimentado exclusivamente a pecho, por lo general rechaza el chupete, ya que sus necesidades de succión están satisfechas, sin embargo, algunos necesitan seguir succionando.
En las primeras semanas, el lactante puede utilizar como reconfortante el mismo pecho de la madre, además de que se lo debe amamantar a demanda, según requerimientos del bebé y luego de que la lactancia esté establecida ofrecerle el chupete, esto ocurre generalmente a los 15 a 20 días. Es decir no ofrecer el chupete en la clínica y hacerlo luego de los 20 días donde generalmente la lactancia está establecida; de lo contrario estamos interfiriendo con la lactancia.
El uso del chupete no es tan sencillo, ya que el mecanismo de succión del pecho es muy diferente al que se realiza con el chupete o el biberón; de todos modos hay que insistir con su uso probando diferentes modelos hasta encontrar uno que sirva.
Los bebés recién nacidos presentan ya en la panza de la mamá dos tipos de succión:
1) La alimenticia: que es la que le permite succionar y tragar, es decir la que cumple la función de alimentarlo y calmarle la sensación de hambre.
2) La succión no nutritiva: que es sólo el hecho de succionar por placer y para calmarse sólo. Esta succión se lleva a cabo a través de “succionarse” los dedos, chupete y otros objetos no relacionados con la ingesta de nutrientes. Se considera una actividad normal en el desarrollo fetal y neonatal.
En general el 85% de los bebés usan chupetes y el 15% restante se chupan el dedo o nada, su uso va disminuyendo con la edad y debiera suspenderse su uso alrededor de los dos años a dos años y medio.
En esta edad el niño ya no necesita succionar y su uso va en contra de su desarrollo.
Efecto tranquilizador
El hecho de succionar en determinados momentos (cólicos, llantos inexplicables) produce un efecto placentero en los niños, ya que les permite tener una descarga de sus tensiones. Los bebés y más aún, los pequeñitos, no disponen de elementos motores para descargar sus energías; entonces en estos casos podemos recurrir al efecto tranquilizador del chupete.
Durante la lactancia ya establecida, también es un buen recurso, ya que a veces la madre no puede ofrecer el pecho en todos los momentos en que el niño desee succionar. Es un recurso de gran ayuda en niños con cólicos o irritables, en embarazos múltiples o puerperios complicados.
Pulgar o chupete
Un método alternativo al chupete es la succión del propio pulgar.
Durante mucho tiempo se asociaba un mayor número de deformaciones dentarias a la succión del pulgar, hoy eso está discutido. El pulgar, a diferencia de chupete, no se pierde durante la noche ni se cae continuamente; la succión del pulgar es regulada sólo por el niño, quien es quien decide cuándo calmarse. El inconveniente fundamental es a la hora de abandonar el hábito de succión, ya que a los que se chupan el dedo se les hace dificultoso terminar con el hábito y los padres no pueden tener una intervención activa como la de retirar el chupete cuando crean que es el momento.
Centro Integral de Preparación para el Parto
Patricia Rodríguez de Vodanovic
Lic. en Educación Física, Kinesiología y Fisioterapia
MP 5215
rodriguezpatriciac@hotmail.com
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