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Carlos Cravareza, junto a la vitrina que vaciaron los ladrones, en diálogo con EL DIARIO |
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“Efectivamente, se llevaron 42 armas cortas, casi todas pistolas con sus cargadores, y algunos revólveres también. Estaban todas en esta vitrina”, explicó Carlos Cravareza, mientras un escopometra de la Policía tomaba algunas medidas que serán útiles luego para la investigación del hecho.
“Varias pistolas Bersa, algunos revólveres calibre 38, algunas pistolas 32, pero casi todas 9 milímetros”, puntualizó el armero en diálogo con EL DIARIO.
Cravareza es el propietario de la Armería San Huberto, ubicada en Hipólito Yrigoyen y Entre Ríos, tradicional comercio de la ciudad que en la madrugada de ayer resultó damnificado por el accionar de un grupo de delincuentes.
Se llevaron armas por un valor de más de 200 mil pesos.
“Creemos que es gente que conoce el negocio y el funcionamiento interno por cómo actuaron”, afirmó el comerciante.
Las armas robadas no tenían cobertura de seguro. Todo ocurrió en horas de la madrugada, entre las cuatro y las cinco.
“Rompieron la reja y el vidrio de la puerta, aparentemente con dos mosaicos que encontramos luego adentro y que se llevó la Policía. Y entraron. Fueron derecho a la vitrina donde estaban las armas. Las vitrinas tienen puertas corredizas que están siempre cerradas con llave. Pero ellos encontraron las llaves que están guardadas en un lugar determinado. Abrieron y cargaron las armas. Deben haber sido dos o tres, porque una sola persona no puede hacer eso sola”, estimó Cravareza.
La puerta violentada por los ladrones para acceder al local está ubicada sobre la calle Entre Ríos.
“Por supuesto que tenemos alarma, pero nunca sonó. Por eso es que creemos que tiene que ser alguien que conoce el negocio y supo desactivarla”, arriesgó el armero.
En 32 años de actividad comercial, es la primera vez que roban la Armería San Huberto.
@ Extraños en el techo
Durante la noche, la hija de Cravareza vio a alguien en el techo del negocio.
“Eran alrededor de las 9. Llamé al 101 para notificar lo ocurrido. Vinieron y subieron al techo, pero no vieron nada. Todo parecía tranquilo. Mi hijo se quiso quedar a dormir en el negocio, pero finalmente desistió porque parecía que no pasaba nada”, contó Cravareza.
Cabe destacar que, habitualmente, un móvil de la Policía hace la ronda por esa manzana, en la que además de la Armería, justo enfrente, hay una Sucursal de Banco Galicia. Pero en la madrugada de ayer los cacos actuaron rápido y tuvieron suerte. Nadie pasó por allí mientras robaban.
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