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Sergio Pérez Castro se sentó por cuarta vez en el banquillo de los acusados. Aquí, junto a su defensora, la asesora letrada Silvina Muñoz (foto gentileza Radio Show, 106.5 Mhz) |
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Un joven oriundo de la ciudad de Oliva recibió ayer la cuarta condena en los últimos seis años, esta vez por haber asaltado a la hermana de un amigo, a quien le robó un celular, y se le impuso una pena unificada de tres años y dos meses de prisión de cumplimiento efectivo, con declaración de reincidencia.
El singular protagonista de esta historia se llama Sergio Ramón Pérez Castro, alias “Checho”, quien reconoció los hechos por los cuales se encuentra detenido desde el pasado 8 de diciembre, día en el que asaltó a una joven apellidada Moreira en la vía pública olivense.
Al cabo de un juicio abreviado, Pérez Castro, de 24 años de edad, fue declarado autor responsable de los delitos de “robo calificado con uso de arma de fuego cuya operatividad no se pudo acreditar” y “encubrimiento”, y resultó absuelto por un hecho de “desobediencia a la autoridad” que también le atribuía la requisitoria fiscal de elevación a juicio.
El convicto reincidente deberá completar dos años y ocho meses para poder solicitar el instituto legal conocido como “libertad asistida”, que permite la excarcelación sólo seis meses antes del cumplimiento total de la pena impuesta.
Agosto de 2014
En caso de concedérsele dicho beneficio, Pérez Castro saldría de la cárcel de barrio Belgrano (donde se encuentra alojado) a mediados de agosto de 2014, siempre y cuando observe buena conducta y se constate, oportunamente, que está apto para reinsertarse socialmente.
Ocurre que este joven presidiario padece una severa adicción a las drogas desde que tenía tan sólo 11 años, por lo que durante el período de detención deberá intensificar un tratamiento que ya inició en la cárcel para no volver a consumir estupefacientes cuando recupere la libertad.
Durante la audiencia de la víspera, Pérez Castro se mostró arrepentido por el asalto perpetrado y pidió especialmente disculpas a la familia de la víctima.
El juicio fue presidido por la camarista Silvia Saslavsky de Camandone y contó con la intervención del fiscal Francisco Márquez y de la asesora letrada Silvina Muñoz, mientras que la secretaria actuante fue Gabriela Sanz.
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