El viceministro de Salud de la Nación, Eduardo Bustos Villar, se lamentó ayer de que “se pague un millón de dólares” para hacer implantes de células madre en China, “cuando en el país se abordan los casos y se lo hace de manera gratuita”.
Lo dijo cuando se le contó que en Villa Nueva hay dos niños que son el eje de campañas solidarias para ser tratados en el país asiático. Además, Villa María y la región llevaron a cabo una cruzada hasta febrero pasado para que el pequeño Joaquín Chanquía también fuera tratado allí.
Al retirarse del acto de apertura del Segundo Simposio Internacional de Neurociencias, Salud y Bienestar Comunitario, en el Rectorado de la Universidad Nacional de Villa María, Villar remarcó que en el país “existen dos instituciones rectoras en materia de trasplante de tejidos, células hematoyopicas y órganos para trasplantes” y dijo que el Incucai, que coordina ablaciones y trasplantes “tiene un registro único inmodificable, está todo protocolizado y con orden y fue incorporado hace una semana por los ministros de Salud de los países que integran el Mercosur y asociados”.
“Tenemos un paciente que busca donantes en países y se analiza la histocompatibilidad, son estos trasplantes de médula que requerirían estos chicos de los que ustedes me hablan”, explicó a los periodistas locales.
El funcionario precisó que en el Garrahan llevan realizados cerca de 400 trasplantes de médula y que también se efectúan en los hospitales Italiano y Austral.
“No es necesario viajar a China ni gastar un millón de dólares, en el país es gratuito”, advirtió.
El viceministro aseguró que los implantes chinos “podrían tener la misma efectividad que acá, pero acá se hace normado, regulado”, destacando que los países del Mercosur toman al Incucai como base.
“Cuando hablamos de células estamos hablando de células hematoyopicas o sea de médula ósea. Son pluripotenciales, tienen capacidad de modificar cualquiera de los órganos que el organismo entiende que es necesario hacerlo”, puntualizó el funcionario de la cartera de Salud.
“Lo que se hace allá se hace acá. Confíen en el país”, declaró.
Cuando se le comentó que hasta se hicieron charlas en la ciudad referidas al tema, comentó: “Deberíamos preguntarnos cuál es el interés que subyace detrás de estas propuestas, sobre todo cuando en el país se hace en el Garrahan, que es nacional, siendo gratuito y con un protocolo que la región valora”.
“Por qué voy a ir a China si lo tengo en casa”, se preguntó.
Además, sostuvo que “no hay garantías” de la efectividad de lo que se realiza en China, aunque ante el interrogante si pudiera incluso resultar nocivo, respondió que no quería abrir juicios de valor.
“Yo puedo hablar de la seriedad con que metodológicamente se cumplen todos los parámetros en la Argentina, donde son reconocidos y son gratuitos”, lo que lo llevó a decir que el Gobierno de la Nación no pagará un tratamiento en otro país “porque lo tenemos acá”.
“Si no lo tuviéramos, pagaríamos en otros lados”, aclaró.
- El miércoles se lanzó una campaña y los papás del niño manejan una fecha aproximada para el implante. ¿Se puede garantizar en la Argentina un trasplante dentro de un período de tiempo determinado?
“Primero tenemos que encontrar al donante adecuado, pero eso también debe darse en China. Quiero ser claro, no quiero preconceptos ni adjetivar, quiero decir que en el país se trabaja con mucha responsabilidad, mucha seriedad y cumpliendo protocolos de trasplantes de células y tejidos. Si el país es reconocido a nivel de las Américas como un país que tiene un desarrollo importante, no veo por qué razón tenemos que ir a China. Bueno, acá ustedes tienen en Córdoba el ejemplo de (los hermanos) Bustos Fierro.”
- ¿Qué quiere decir?
“Lean los artículos periodísticos.”
- ¿No dio resultado?
“No dieron los resultados que esperaban, les aseguraban que iban a andar bien y no... Esto es porque hay un momento y una edad para hacerlo, porque hay enfermedades que admiten y otras en las que no va a haber modificaciones, hay problemas genéticos, hereditarios y los hay desconocidos.
Estamos en los inicios de una nueva era de este cambio en la concepción de la medicina. Respeto y entiendo a los padres, si les dicen que en China hay esperanza, lo entiendo. Pero les digo: confíen en la ciencia argentina que es reconocida a nivel mundial.”