Querido padre:
Recordarte en este día es para mí muy grato y es también una ocasión para homenajearte por ser un día muy especial.
No sé si puedo expresar todo lo que te quise y te amé; con el correr de los años, siendo madre y abuela, siento que cuando era niña no comprendía muchas cosas que ahora veo claras.
Tus rezongos y tu mal humor hicieron de mí un ser rebelde que estaba siempre a la expectativa de algún desafío y de hacer lo que yo quería.
Ahora, con el paso de los años, quisiera retroceder y decirle a esa niña, que soy yo:
“Disfrútalo, no seas tan áspera con él, compréndelo. El tuvo una vida distinta, sin los afectos que te dio a ti.
Hizo todo lo posible y se esforzó a su manera para formar a su familia.
Obsérvalo: él tiene mucho amor, pero no sabe expresarlo, no sabe porque no le enseñaron. El, a su manera, hizo todo lo que pudo”.
No sé si con estas pocas líneas puedo expresar todo lo que siento. Siempre estarás en mi corazón y en todo momento.
No hay un día que pase en el que no haya un motivo o cosas que ocurren que hagan que aparezca tu figura en mi mente.
No sabes lo que te extraño. No supe disfrutarte en el momento justo.
Por eso, tú que lo tienes, disfrútalo, compréndelo, obsérvalo; él, con sus errores y defectos, te ama.
Dile tú que lo amas y abrázalo, no te olvides que eres hijo, que eres padre.
Ojalá que cuando yo no esté más, mis hijos, mis nietos, puedan siempre recordar a sus padres como yo te recuerdo. En este día tan especial, recordarte me hace sentir cerca tuyo.
Que Dios te tenga a su lado, pues yo sé que te lo merecés.
Hasta pronto papá.
Tu hija, Stella
Stella Morales - DNI 12672896
Otras notas de la seccion Opiniones
Escriben los lectores
Escriben los lectores
Una historia, entre tantas
Los lectores también escriben
Lamentable
|