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DAMIAN STUPENENGO

A Universitario no se le pueden dar ventajas. La calidad de sus delanteros y la fortaleza de su defensa, reducen al mínimo el margen de error para sus rivales. Y como defensivamente Unión Central se las concedió durante toda la tarde, el 5 a 1 con el que lo derrotó en el partido de ida de los cuartos de final lo pone con un pie en semifinales.
De entrada, ambos equipos tuvieron en claro cómo querían jugar; prolijos y ordenados en ataque y sin abusar del peloteo. En un partido repleto de ocasiones para convertir, la diferencia la hicieron las defensas.
Llegando a los 4 minutos se empezó a evidenciar. Sin haber mostrado demasiado, Universitario se puso en ventaja después de que Ostiatti empujara la pelota a la red tras una serie de rebotes en el área que nadie pudo despejar.
Unión Central tenía más la pelota y acumulaba chances para marcar, como la que Machado se perdió a los 10’ luego de eludir a un defensor y al arquero, o el cabezazo de Gudiño por encima del travesaño a los 18’, pero defensivamente no tenía el sustento necesario para tomar demasiados riesgos. Y quedó demostrado a los 24’ cuando Vicario controló una pelota que parecía irse fuera pero que cayó en el área, su defensor se durmió y le permitió meter el centro atrás para que, otra vez Ostiatti, pusiera el 2 a 0.
La prolijidad y entereza de la defensa de la U, provocó que los dirigidos por Néstor Vicario necesitaran muchos pases y tiempo con la pelota en su poder, para lo mismo que los académicos conseguían en un par de corridas y con toques rápidos. Usaban menos recursos para más resultado. Encima, los dirigidos por Bernadó se abroquelaron con mucha gente detrás de la línea de la pelota cerrando todos los caminos ofensivos posibles. De contra, Universitario tuvo dos ocasiones para marcar, primero Liendo se lo perdió solo frente al arquero, y en la siguiente, cuando se terminaba la primera etapa, Barbuio edificó una pared con Truglio en mitad de cancha que fue suficiente para evidenciar la pobreza defensiva de Unión: corrió 40 metros sin oposición y puso el 3 a 0 ante la salida en vano de Suárez.
Ofensivamente Unión nunca cesó en sus intenciones, y el premio a la constancia le llegó a los 10 de la segunda parte. Ballatore le cometió penal a Strumia y Gudiño convirtió el descuento.
Lejos de permitir una remontada, Universitario se dispuso a entrar en el juego ofensivo constante que le proponía el rival, y también ganó esa batalla. El encuentro entró en un ritmo vertiginoso que no hizo otra cosa que desnudar a una defensa endeble, permeable y por momentos mal parada de Unión Central, que marcando prácticamente mano a mano en la última línea, le facilitó el camino a su rival para engrosar el marcador en dos contragolpes.
A los 26’ Barbuio habilitó a Ostiatti para que marque el 4 a 1 y el tercero en su cuenta personal, y a los 40’ nadie se interpuso en el camino que separaban a Vicario de un remate lejano que terminó en la red.
Unión Central fue dos equipos en uno. Ofensivamente agresivo, voluntarioso y paciente. Pero en defensa sufrió la contundencia de un rival que no perdonó errores y que buscó imperiosamente una victoria que se le negaba desde hace cinco partidos. Esa que consiguió ayer, y que le significó un fuerte empujón camino a semifinales.

La figura

Paolo Ostiati se despachó con tres conquistas típicas de goleador al estar ubicado en el lugar indicado que demandaba la jugada para empujar la pelota a la red. También fue destacado el desempeño de Barbuio, quien sobre todo marcó notables diferencias en velocidad entre quienes pretendieron marcarlo.

El árbitro

Mauro Daniele llevó el encuentro sin demasiados inconvenientes y pudo controlarlo pese a que algunas jugadas en las que fue clave la participación de sus asistentes, sobre todo sobre el final del partido y en las que Unión Central reclamaba posición adelantada, lo pusieron en el centro de la escena.