Para no olvidar
El 16 de junio de 1955, 29 bombas cayeron sobre la Casa Rosada; 355 víctimas fatales fue el resultado del odio irracional que se vivía por esos años.
Habían pasado unos minutos del mediodía y el entonces presidente, Juan Domingo Perón, había accedido a trasladarse hacia el Ministerio de Guerra, por las preocupantes informaciones que hablaban de un posible ataque de la Marina.
El clima de antagonismos se vivía desde principios de año, cuando las consignas (“Braden o Perón”) reflejaban las antinomias que por ese entonces vivíamos los argentinos.
El resultado, fue la violencia atroz contra civiles que transitaban por el centro porteño.
Ese día, el presidente dio un mensaje a través de los medios indicando que “lo más indignante es que hayan tirado a mansalva contra el pueblo (…). Es indudable que pasarán los tiempos, pero la Historia no perdonará jamás semejante sacrilegio (…). Nosotros, como pueblo civilizado, no podemos tomar medidas que sean aconsejadas por la pasión, sino por la reflexión (…). Para no ser criminales como ellos, les pido que estén tranquilos”.
De esta manera, Perón pretendía que la paz volviera a reinar en el país. Algo de la historia, debemos haber aprendido.
Hoy, la tarea más dura para los militantes es trabajar por el otro desde el amor, y no desde el odio. Construyendo consensos, escuchando necesidades, buscando respuestas a los problemas de los vecinos. Eso es lo que tratamos de hacer desde cada espacio que ocupamos en la militancia dentro del partido que fue protagonista de gran parte de la historia argentina.
Hoy seguimos siendo mayoría los que apostamos por la no violencia.
Porque aprendimos de los hechos funestos que enlutaron al país como el bombardeo a Plaza de Mayo. Esa es nuestra principal fuente de esperanza para seguir luchando por un mañana mejor.
Rosa Cámpora
Ateneo “Eva Perón Conducción”
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