Los médicos Magnano y Zas, prestigiosos profesionales de nuestra especialidad, dan en una nota muy interesante sus puntos de vista sobre cuál es el tratamiento más efectivo y seguro de la enfermedad denominada coriorretinopatía central serosa crónica.
Debemos manifestar que esta enfermedad se da principalmente en hombres sanos de menos de 50 años, y está relacionada con el estrés emocional intenso, personalidad tipo A y con el uso de corticoides. Patología bilateral, asimétrica y benigna, ya que en el 90% de los casos cura espontáneamente en los primeros tres meses de evolución, pero puede adoptar formas recidivantes y crónicas, lo que ensombrece el pronóstico visual, con pérdida de agudeza visual severa en casi el 50% de los casos.
Con respecto a su incidencia, constituye la cuarta enfermedad luego de la degeneración macular relacionada con la edad, la retinopatía diabética y las obstrucciones vasculares retinales.
Las controversias en el tratamiento se plantean a partir de la falta de estudios prospectivos, de alta casuística evaluados y comparativos, para aportar mayor claridad sobre esta afección, y determinar cuál es el más efectivo y seguro.
Los profesionales antes mencionados han coincidido en que hasta ahora, como tratamiento para esta patología, el láser de argón sigue siendo una opción valida y relativamente económica, siempre tratando puntos alejados del centro de la fovea. La inyección intravítrea del bevacizumab aparece como una alternativa terapéutica. Los resultados finales perseguidos con esta droga son acortar la duración del desprendimiento de retina, y disminuyendo así el riesgo de daño permanente en los fotorreceptores, que es lo que en definitiva conduce a la disminución de la visión a largo plazo.
Se concluye en este trabajo que esta patología puede transformarse en una enfermedad de mal pronóstico visual en un porcentaje de pacientes, por tanto, la presencia de un desprendimiento de retina, con evolución superior a los cuatro meses, debe ser tratada.
Como en todas las ramas de la Medicina, el estudio permanente de las enfermedades nos va dotando de nuevos conocimientos y de herramientas que nos permiten la cura o la minimización de las secuelas, permitiendo mantener una buena calidad de vida, que no es otra cosa que mantener la salud.

Dr. Raúl Eloy Baigorrí
Centro Privado de
Oftalmología