Teobaldi cumplió 16 años en pleno Mundial 78, pero a diferencia de tantos adolescentes no se vería marcado a fuego por aquella final contra Holanda. Por el contrario, un acontecimiento decididamente privado lo estaría esperando muy lejos de los televisores en blanco y negro: el descubrimiento de la novela policial.
“Me acuerdo que jugaba Argentina cuando descubrí a Raymond Chandler y Ross Macdonald. Me había comprado ‘La ventana siniestra’ y ‘El hombre enterrado’ en las ediciones de bolsillo de Bruguera. Y esos dos libritos me cambiaron la vida. Encontré una prosa ágil y demoledora donde el detective era quien escribía. Desde entonces, siempre pensé en escribir una novela negra”, confiesa.
Y tuvieron que pasar 34 años para que el viejo sueño viera la realidad. A tal punto marcaron aquellas lecturas de bolsillo al futuro escritor, que “El testigo impenitente” fue publicado por El Copista, de Córdoba, y por pedido expreso de su autor vio la luz en un formato calcado de aquellas viejas ediciones.
Teobaldi fue invitado a Mar del Plata en el mes de mayo a participar del “Festival Azabache” y entre los escritores de novela negra del país parece haber encontrado su familia literaria.
“Cuando nos reuníamos los escritores nos sentíamos en familia, ya que todos estábamos buscando sumar una voluntad más al cánon”.

@ El policial en Argentina

-Tu penúltima novela, “El final de la noche”, es un largo relato realista. ¿Cómo fue cambiar de género?
-En mi caso, muy positivo. Cuando estaba escribiendo “El testigo impenitente” me di cuenta de que tenía que adaptar la trama al ritmo narrativo. Y un poco me sentí como el irlandés John Banville, que firma sus novelas policiales como Jonathan Black. Y yo, de alguna manera, soy otro escritor a la hora de resolver el policial.
-Las novelas policiales no paran de venderse, ¿a qué se debe esa vigencia?
-A que es un género que se renueva. En el policial tenés un abanico de posibilidades de ciento ochenta grados. Podés leer novelas donde el investigador es uno de los viejos detectives hasta otras en donde individuos comunes se hacen cargo de una investigación. También ayuda que hay una crítica literaria permanente acompañando las novelas, lo que demuestra que el género funciona.
-En Argentina el policial goza de muy buena salud. Escritores muy prestigiosos como Guillermo Martínez, Claudia Piñeiro, Ricardo Piglia o Pablo de Santis han hecho sus incursiones…
-En Argentina el policial es el género que más se ha desarrollado junto con la novela histórica. En este momento hay muy pocas editoriales que no tengan su colección de novelas policiales, cosa que no ocurre con la ciencia ficción o la fantasía. Y lo mismo pasa a nivel internacional. Mi teoría es que la literatura argentina nace y se desarrolla sobre tres géneros fundamentales: el gauchesco, el fantástico y el policial, que es el único que sigue vigente.
-¿Utilizás la novela negra en tus clases de Literatura?
-Sobre todo en los colegios secundarios. Los chicos se enganchan mucho con el género, paradójicamente con las obras más antiguas: Conan Doyle o Agatha Christie. El Siglo XXI ha traído un policial distinto y plagado de bajezas humanas que prefiero no dar todavía. Los chicos ya van a tener tiempo de conocer esas conductas. Por ahora, lo que más quiero es mostrarles el modo luminoso de resolver una trama. Y en esto, Sherlock Holmes sigue siendo garantía de interés para los chicos.

Iván Wielikosielek
-Especial UNVM-