Tras una larga agonía, murió. Nos estamos refiriendo a Miguel C., el hombre de Carcarañá que contrajo botulismo a mediados de abril al consumir un producto fabricado por la empresa villamariense Deseares.
Pasaron dos meses desde su internación en el Hospital Italiano de Rosario y los médicos hicieron todo lo posible para salvarlo sin los resultados esperados. El pasado viernes dejó de existir.
Precisamente, el mismo día que otro hombre en Córdoba ingería un alimento de la misma firma y hasta anoche (tal como informamos en nuestra edición de ayer) se encontraba peleando por su vida en un centro asistencial de la capital de nuestra provincia.
La víctima fatal de Carcarañá, se infectó al comer “riñoncitos de cerdo al malbec”. en una reunión de amigos.
"El mismo día del consumo aparecieron los síntomas. Los médicos del Italiano (donde siempre estuvo internado) hicieron lo imposible para salvarlo, pero lamentablemente falleció", dijo una fuente cercana a la familia al diario La Opinión de Rafaela.
Una mujer llamó a nuestra Redacción para informar el hecho y afirmó que el paciente estuvo todo el tiempo en la misma situación sin dar señales de mejoría.
La muerte de Miguel C. y el nuevo caso detectado sorprendió a funcionarios que en abril decidieron la clausura preventiva de la fábrica de escabeches de Alfredo Gismondi, con domicilio en bulevar Cárcano 566.
“En ese momento, nunca pensamos que iba a salir otro caso”, dijo ayer la directora de Habilitaciones Valeria Suárez al ser consultada por la periodista de EL DIARIO sobre los últimos acontecimientos.
Rápidamente, apenas conocido el primero caso que fue fatal, el municipio reportó a la Secretaría de Alimentos de la provincia y a la ANMAT para poner en alerta a toda la población.
También, se hicieron los rastrillajes en comercios locales sin encontrar dichas conservas. Sí, se encontraron en algunos pueblos.
Suárez recordó que gran parte de la mercadería, que tenía la firma en su local, fue retirada del lugar pero no toda.
“Una parte quedó intervenida en el mismo local, sellada y fajada”, señaló la funcionaria del Gobierno de Eduardo Accastello.

A la espera de una orden judicial

Para ingresar nuevamente al clausurado local y retirar la mercadería existente para destruirla, tal como dictaminó el juez de Faltas, el municipio está a la espera de una orden judicial.
“El juez de Faltas ordenó destruir todo, pero para sacar la parte que quedó intervenida, sellada y fajada estamos esperando una orden judicial”, manifestó Suárez.

“Se le hizo la antitoxina”

En tanto, sobre el paciente que está internado en Córdoba, la directora de Epidemiología del Ministerio de Salud de Córdoba María Frías remarcó, consultada por nuestro matutino, que el hombre ya recibió la antitoxina y ahora hay que esperar la evolución.
El cordobés comió el viernes un frasco de escabeche de ciervo marca “Deseares”, sin dejar restos del producto.
No obstante, Frías destacó que todos los síntomas corresponden al botulismo. “Comió el viernes, el sábado tuvo los primeros síntomas, el domingo fue a la clínica y está con respirador”, contó Frías agregando que la esposa no consumió el alimento “porque no le gustaba”.
La funcionaria, seguidamente, indicó que “no se sabe bien cuándo lo compró”. “La esposa no sabía cuánto tiempo había pasado desde que lo compró” supuestamente a un señor que vendía dulces.
Nuevamente, desde el Ministerio de Salud provincial enviaron el alerta pidiendo a la población que no consuman productos de la marca Deseares, entre los que enumeraron los siguientes: riñoncito al malbec, pimiento, vizcacha, ciervo, frutos del mar, pejerrey, cerdo, conejo, pollo, yacaré, berenjenas, pulpo, atún, calamares, trucha, perdiz, chivo serrano, pato, salmón rosado y verdura.
El botulismo es una enfermedad infrecuente pero muy seria, causada por la bacteria clostridium botulinum, y se puede adquirir a través de las comidas, las heridas infectadas o por la ingesta de las esporas de la bacteria que se reproducen profusamente en el intestino.