El titular del bloque justicialista Rafael Sachetto (foto) salió a responder las palabras del tribuno José Naselli relacionadas con el uso de los fondos de las 250 Viviendas.
El escrito, enviado a nuestra Redacción, expresó lo siguiente:
“Hay funcionarios de la actualidad que viven con recetas del siglo pasado. Tal es el caso del tribuno opositor José Naselli. No se ha dado cuenta el hombre de que las relaciones del gobierno con la ciudadanía se han vuelto cada vez más dinámicas y que exigen nuevas estrategias para resolver lo que esa dinamicidad plantea en términos de legalidad, eficacia y eficiencia. Pues bien, el abogado Naselli confunde creatividad, innovación, ingenio y solercia con ilegalidad. Esa es la primera confusión.
La segunda confusión que tiene Naselli y que intenta instalar en la ciudadanía es que el municipio tiene el montoncito de billetes guardado en una caja fuerte y que realizar compensaciones entre partidas es sacar el montoncito de una caja y ponerla en otra para pagar. Nada más ingenuo.
El presupuesto que está asignado a cada partida se va juntando mes a mes, esto quiere decir que en mayo nunca podríamos tener lo que está asignado a una partida para todo el año, por la sencilla razón de que el presupuesto es una previsión de la recaudación y gasto durante el año. Las compensaciones entre partidas se pueden hacer, lo cual está debida y legítimamente autorizado por el Concejo Deliberante.
Compensar significa aumentar o disminuir una partida presupuestaria. Por ende la confusión que intenta instalar el tribuno opositor con aires de transparencia, lejos de ser una ingenuidad, es una desviación grosera e intencional de la realidad técnico-presupuestaria en equilibrio de la Municipalidad.
Pero la cuestión de fondo y la ‘real realidad’, como me decía un viejo profesor, es que a Naselli simplemente no le gusta que se haya realizado esta compensación, como tampoco le ha gustado la ejecución de una serie de obras que tienen que ver con el desarrollo de Villa María. Siempre se ha opuesto a la dinámica de la gestión, dilatando tiempos y plazos para la ejecución de programas, obligando a generar mayores erogaciones a la administración pública por el solo hecho de oponerse por opositor mismo. A partir de allí, intenta identificar su disgusto con la ilegalidad.
Lo que el abogado opositor pretende en materia presupuestaria es regirse por un modo tan rígido (y absolutamente convencional) que no permita la ejecución de los distintos programas que pueden demorarse por diversas causas, ignorando lo dinámicas que se han vuelto las gestiones. Un elefante agonizante tendría mayor agilidad que una estrategia presupuestaria pensada por el Dr. Naselli. Allí radica la ortodoxia anestesiante que pretende instalar el opositor en la administración pública.
Luego tenemos esa pretensión puritano-presupuestaria de limpiar la corrupción existente en la estructura municipal, cuando a todas luces observamos que se trata simplemente de un desacuerdo con el modo en como se hacen las cosas, pero que nada tiene que ver con la ilegalidad de los actos. Todos los actos son legales, lícitos. Si demuestra lo contrario, debe intervenir la Justicia; pero si no, nosotros le pediremos a la Justicia que intervenga.”