Escribe: Juan Manuel Gorno
(enviado especial)

Como si las experiencias anteriores le hubiesen aportado el punto de madurez exacto para jugar las promociones, Alumni supo ayer cómo hacer para volver desde General Roca con un resultado positivo.
El 2 a 2 final, jugando con un hombre menos durante casi todo un tiempo, le dio mayor oxígeno al equipo villamariense, que sostuvo como pudo el hambre de gloria de Deportivo Roca, soportó un arbitraje perjudicial y mantuvo esa ventaja deportiva para la revancha del próximo domingo, que será en Plaza Ocampo.
Desde la sapiencia de los hombres más experimentados hasta la entrega de los más pibes, como el caso emblemático de Juan Salort, Alumni plasmó su jerarquía de Argentino A, aún sin jugar con lucidez en el manejo y como muchos hubiesen imaginado, pero consciente que las finales se ganan (o en este caso, se empatan).
El viento fuerte del sur, propio de La Patagonia, y el piso sintético con bastante caucho, son factores que tienen acostumbrado al local en la ciudad rionegrina. Entonces Alumni debió luchar ante todo y, cuando vio que le resultó difícil monopolizar el balón, no dejó de ser ordenado para dar batalla y le bajó los decibeles al rival con sacrificio.
De todas maneras, lo más importante fue la contundencia, palabra tan clave para estas definiciones, que apareció en el momento justo y dio sus frutos para lo que quedó del partido.
Es que, ante el entusiasmo de Deportivo Roca para soltar a sus volantes externos y apuntalar a su único punta (el goleador Cristian Taborda), Alumni le respondió con un gol tempranero, a los 8 minutos: Lateral de Joaquín Lencinas, Víctor Rena la peleó en el área, Godoy ganó de cabeza por el primer palo, la pelota dio en el poste y, con el arquero desconcertado, Ezequiel Reina sólo tuvo que empujarla para celebrar de frente a los casi 20 hinchas que se arriesgaron a viajar los más de mil kilómetros que separan Villa María de General Roca.

¿Que cobras?

Práctico en el arco, laburador en el medio y arriba, ordenado atrás, Alumni pudo controlar el partido hasta cuando regalaba la pelota. Sin embargo, en cada dividida, el árbitro Facundo Tello Figueroa cobraba para el local. Lo fue llevando, desbordado por el griterío de los hinchas.
Todo indicaba que esa tarea del referí podía darle a Deportivo lo que tanto buscaba. Y así fue.
A los 21, tras un tiro de esquina, el bahiense de doble apellido cobró un penal polémico a favor del “Naranja” (Puig se dejó caer ante la embestida de Reina) y Cristian Taborda capitalizó el fallo para rubricar el 1 a 1.
El árbitro no se quedó en eso. Diez minutos más tarde el volante Damián Luna le aplicó a Rosales un golpe artero, sin pelota, que merecía roja directa, pero apenas vio la amarilla. Encima, luego fue José Vázquez, el DT visitante, quien se fue expulsado por protestar.
Los roces fueron una constancia en el partido y no le servían al local porque Alumni, con dos guapos arriba como Rena y Godoy, más el despliegue de Silvestre y la fortaleza de Rosales y compañía, sabían cómo neutralizar cualquier avance “de prepo” del rival.
También supo Alumni cómo manejarse en las jugadas con pelota detenida, vía por la cual marcó el segundo gol, a los 35’, cuando Rosales cabeceó dos veces después de un córner y Salort vio un hueco. El pibe sabía que era su momento y lo aprovechó como se debía, quedando solo ante el arquero para definir con un toque preciso al palo más lejano.

Pese a todo

Con la ventaja en la previa y en el resultado del primer tiempo, Alumni saltó a la cancha en el complemento nuevamente con el overol puesto y la idea de achicar líneas para recuperar y jugar corto. Pero a los pocos minutos todo cambió los planes.
Deportivo, cuyo técnico se la jugó con los cambios en el entretiempo y modificó el esquema (del 4-4-1-1 al 4-3-1-2), salió como tromba para empatar y tuvo la gran posibilidad en el arranque del período, pero primero palo y después Scalzo salvaron por milagro la valla fortinera.
Pero antes de los diez minutos el árbitro ayudó un poco más al “Naranja”, porque expulsó a Rena por doble amarilla y cobró penal por una mano, cuando en realidad debía pitar falta por infracción al propio delantero.
Taborda, con toque tranquilo al lado de un palo, puso el 2 a 2 y Deportivo encontró “su partido”, el de la búsqueda constante, con un hombre más y el público empujando desde el aliento.
Alumni se atrincheró sin perder los estribos, aferrado a la solvencia de sus defensores y al aguante de Godoy, quien cada vez que pudo logró guardar la pelota bajo su suela y hacer que pasaran los minutos.
El árbitro no le cobró al delantero un penal por trompada de Mauro Palomeque y, encima, en la contra casi emboca Fernández, con un remate que rozó en un hombre y salió cerca del palo.
También se lo perdió Damián Luna con un disparo que salió por arriba del travesaño, sobre el final del partido.
Pero Alumni, bien parado y sin complicarse, con personalidad y actitud, al final se quedó con su objetivo. Sumó, dejó preocupación en el rival y ahora deberá defender su pilcha de Argentino A en la “Placita”.