La muerte de un niño de apenas un año, en el Hospital Regional Pasteur, derivó en el inicio de una acción penal por parte de sus padres, quienes poco después del deceso se presentaron en la Comisaría de Distrito Villa María para formular una denuncia.
Se trata del pequeño Matías Alejandro Barea, quien falleció en horas del mediodía del miércoles, cuando se hallaba internado en el Servicio de Pediatría del nosocomio público de calle Mendoza.
Tras la denuncia radicada en sede policial, se dio intervención al fiscal Gustavo Atienza, quien a través de su secretario Guillermo Picco ordenó la inmediata realización de la autopsia y el secuestro de la historia clínica del niño, que ya está en poder de la Justicia.
Según pudo averiguar EL DIARIO, el malogrado Matías padecía un cuadro infeccioso de varios meses, por lo que su estado de salud era muy delicado. Asimismo, trascendió que se hallaba internado desde hacía un par de semanas.
Cabe señalar que la historia clínica (en la que el niño figura bajo el nombre Matías Alejandro Sivel) es una carpeta compuesta por más de un centenar de fojas e incluye varias radiografías e informes clínicos de distinto tipo, que están siendo examinados por el instructor de la causa a los efectos de conocer detalles del procedimiento desarrollado por los médicos que asistieron al niño desde que padeció la letal infección.

Actuó el forense

La autopsia fue practicada en la Morgue del Hospital Pasteur el mismo miércoles a la tarde y estuvo a cargo del médico forense Gustavo Rodríguez, quien ya emitió un informe preliminar en el que dio precisiones de la causa eficiente de la muerte. Por el secreto de sumario no se conocieron mayores detalles.
Durante la necropsia se obtuvieron muestras de distintos órganos (pulmón, hígado, etcétera) que en las próximas horas serán enviadas al Gabinete de Química Legal del Instituto de Medicina Forense, organismo dependiente del Poder Judicial que funciona en la Morgue Judicial de Córdoba.
Allí se harán estudios de química toxicológica y anatomía patológica a los efectos de determinar fehacientemente las causas del cuadro infeccioso que derivó en la muerte de Matías y, en base a ellas, determinar si hubo, o no, una mala praxis médica, como lo denunciaron los padres.
El pequeño vivía con su familia en Monteagudo 351, en barrio San Martín de esta ciudad, y sus restos fueron sepultados ayer a las 10 de la mañana en el cementerio La Piedad, tras ser velados en la sala que la Empresa Paviotti posee en Catamarca y Parajón Ortiz.