Eran alrededor de las 13 de la víspera cuando las llamas comenzaron a avanzar sobre los pastos secos del establecimiento rural “La Antonella” ubicado a 2 kilómetros del cruce de las rutas 2 y 158.
El campo, propiedad de la familia Ortega, estaba al cuidado de Antonio Luján, de 47 años, quien el jueves había estado quemando basura frente a su casa. Aunque aún se tratan de establecer fehacientemente las razones por las que se produjo el incendio, la principal hipótesis es que la fogata hecha por el encargado no fue completamente extinguida y el viento hizo el resto. Una chispa voló hasta un potrero con rastrojos de maíz, de 200 metros de frente y poco después las llamas avanzaron hacia un campo vecino, donde había rastrojo de sorgo.
Seis dotaciones de Bomberos Voluntarios, de Villa Nueva, Arroyo Cabral y Villa María, trabajaron a brazo partido para sofocar el fuego que, según indicaron fuentes bomberiles, consumió alrededor de 40 hectáreas de pastizales y rastrojos.
Incluso, en un momento, debieron reclamar la asistencia de un camión tanque cargado con agua porque la provisión de las unidades de los tres cuarteles se consumió en el combate.
Finalmente, tras tres horas y media de trabajo sólo quedaron el humo y el olor a quemado suspendidos en el aire.
Afortunadamente, no hubo heridos como consecuencia del incendio, y sólo hubo que lamentar el daño que las llamas causaron a la tierra y los pastos secos.

Más fuego en Tío Pujio

En tanto, mientras los bomberos de Cabral y las dos Villa luchaban contra el fuego en el cruce, los de Tío Pujio tuvieron que hacer lo propio.
Eran casi las 15 cuando, el en el campo de la empresa de Saputo, ubicado a 3 km al noroeste de aquella localidad, se produjo otro incendio, aunque de menor proporción. Dos dotaciones de Bomberos Voluntarios lograron sofocarlo rápidamente. Sólo hubo daños materiales.