La declaración del médico forense Gustavo Rodríguez complicó ayer sustancialmente la situación procesal de Franco “Pachequito” Moreno (24), al afirmar que “es imposible” que Pablo Ezequiel Centeno (19) se haya clavado el cuchillo de acuerdo al relato del incidente que brindó el acusado.
“La puñalada ingresó de izquierda a derecha, de atrás hacia adelante, de abajo hacia arriba y produjo una herida de superficial a profunda”, describió Rodríguez en la Cámara del Crimen, a poco de iniciarse la tercera audiencia de debate del juicio que se le sigue a Moreno, imputado como presunto autor de “homicidio calificado por alevosía”.
Cuando el fiscal Francisco Márquez lo puso al tanto de la versión que había dado Moreno, aduciendo que actuó “en defensa propia”, el forense respondió que era “imposible” que el arma haya ingresado por detrás y debajo de la axila izquierda de acuerdo con la mecánica de lucha que planteó el acusado.
Qué dijo Moreno
Cabe recordar que, al declarar ni bien comenzó el proceso oral y público, el martes pasado, Moreno dijo que había sido Centeno quien aquella madrugada del 5 de marzo de 2011 lo atacó empuñando un cuchillo en su mano derecha, y que cuando se abalanzó sobre el acusado, éste le torció la mano para evitar el puntazo.
“Pachequito” añadió que en el forcejeo ambos cayeron al suelo y hacia atrás (es decir, sobre las espaldas de Moreno) y que fue en ese instante que el cuchillo se clavó en el flanco izquierdo de Centeno, hiriéndolo mortalmente.
Sin embargo, y en función del lugar por donde realmente ingresó la puñalada, el médico forense refirió que la versión del acusado no se condice con la realidad, puesto que de haberse producido según relató Moreno, el arma debería haber ingresado de adelante hacia atrás, y no a la inversa, como lo evidenció la autopsia.
Además, Rodríguez dio cuenta que la lesión punzo-cortante dejó una herida tipo “ojal”, de 4 centímetros (el ancho de la hoja del cuchillo), y provocó un “halo de contusión”. Cuando se le preguntó qué era eso, el forense explicó que se trata de una marca que deja el mango del puñal o cuchillo al impactar con violencia.
Ese “halo de contusión” es compatible con la versión brindada por Yanina Bracamonte, concubina de Centeno y único testigo presencial del hecho de sangre, quien relató que Moreno le asestó una puñalada “por la espalda” en momentos que ella y su pareja circulaban en una bicicleta. Y agregó: “Ni lo vimos venir… fue a traición, porque lo atacó de atrás y por sorpresa”, aduciendo que el acusado estaba oculto detrás de unos árboles y amparado por la oscuridad de la noche.
Una herida letal
Gustavo Rodríguez declaró también que la herida que presentaba la víctima fue producida con un cuchillo de doble filo y una hoja de entre 15 y 20 centímetros de largo, y que el puntazo causó lesiones mortales en el pulmón izquierdo y otros órganos, provocando una hemorragia interna que desencadenó un “shock hipovolémico”.
El término “shock” (choque) se utiliza para describir una situación en la cual los órganos y tejidos no reciben un aporte suficiente de oxígeno y nutrientes por intermedio de la sangre. Eso conlleva a una muerte progresiva de las células y a un fallo en la función de los diferentes órganos que puede desembocar en la muerte.
Esta falta de aporte se produce básicamente debido a que la cantidad de sangre que llega a los tejidos es insuficiente por un mal funcionamiento del corazón (“shock cardiogénico”), por una pérdida de líquidos corporales (“shock hipovolémico”) o por una infección grave (“shock séptico”). Así, el “shock hipovolémico” es un tipo de shock que se produce como resultado de una pérdida rápida e importante de fluidos corporales.
En otro momento de su declaración, el médico forense relató que al realizar la autopsia sobre el cadáver de Centeno encontró múltiples tatuajes en diversas partes del cuerpo, como así también cicatrices de antigua data.
Por último, y ante una pregunta del fiscal Márquez sobre si era probable que Centeno se hubiese quitado el cuchillo tras recibir la puñalada, Rodríguez dijo que no.
“Pasaron cinco años y lo mató”
El segundo testigo en comparecer ante el tribunal y los jurados populares fue la madre de Centeno, Marcela Beatriz Bailone, quien no estaba en la nómina de testigos, pero su declaración fue requerida por el fiscal de Cámara.
Bailone dijo que conocía a Moreno “desde chico” y afirmó que “siempre fue mala la relación” entre su hijo y el acusado.
“Cuando Pablo tenía 11 años, él (refiriéndose al acusado) le robó la bicicleta, y cuando le fui a reclamar por eso, me dijo que no tenía nada que ver; sin embargo, después vino su hermana y la devolvió”, relató la mujer.
Seguidamente, precisó que “a los 14 (en alusión a la edad de su hijo), Franco Moreno le apuntó con un revólver en la cabeza. Yo me interpuse entre ambos para evitar una tragedia, y él me dijo ‘tarde o temprano lo voy a matar’. Me juró que lo iba a matar”.
La progenitora del joven fallecido agregó que “siguieron las peleas entre ellos, como siempre”, aunque negó en forma terminante que Pablo haya intervenido en algún hecho delictivo junto a Moreno.
“Mi hijo jamás salió a robar con él”, enfatizó Bailone, cuestionando a viva voz un trascendido periodístico que indicaba que el hecho de sangre podría haber tenido su origen en un “ajuste de cuentas” por parte del acusado.
En rigor de verdad, fueron los mismos vecinos del barrio San Nicolás los que, horas después del homicidio, difundieron la versión de que la mortal pelea estaría relacionada con un presunto “negocio” delictivo entre ambos, vinculado con un asalto a un quiosco polirubro de la ciudad, y que, por ese motivo, Moreno “se la tenía jurada” a Centeno.
Sin embargo, en la primera audiencia del juicio esa hipótesis quedó descartada cuando Yanina Bracamonte relató que el acusado quería que volviera con él, ya que habían sido pareja antes que ella se juntara con el joven asesinado, con el que tuvo tres hijas.
Finalmente, y entre sollozos, Bailone señaló que Moreno cumplió aquella promesa que le había hecho: “Pasaron cinco años y lo mató”.
Había “bronca”
El tercer testigo de la jornada fue Maximiliano Ezequiel Centeno, primo de la víctima, quien recordó que la tarde anterior al homicidio hubo una pelea entre ambos y que previo a ella Moreno le advirtió que “iba a matarnos a Pablo y a mí”.
“Franco me dijo que tenía problema conmigo porque me había visto hablando con mi primo”, añadió Maximiliano, aunque aclaró que después de hablar con Moreno, éste le argumentó que en realidad la “bronca” era con Pablo.
Aquel incidente verbal se produjo a eso de las 14.30 del 4 de marzo, es decir unas 12 horas antes del crimen, y fue en esa oportunidad que le anticipó “a tu primo lo voy a matar”. Asimismo, el testigo añadió que momentos más tarde pasó por el lugar Yanina Bracamonte, a lo que Moreno le gritó “a tu marido lo voy a matar, es un vigilante”.
Luego prestó declaración testimonial el taxista Jorge Alberto Ayala, quien tiempo antes del crimen llevó hasta el Hospital Pasteur a Moreno y a quien por entonces era su concubina, Daiana Ayelén Sequeira, y le dejaron manchado con sangre el asiento trasero del coche de alquiler.
Ayala recordó que a Sequeira le dicen “La Kiky” y que durante el viaje hacia el centro asistencial, “los dos lloraban y se reían a la vez; él le preguntaba ‘por qué me pegaste’, y ella le contestaba ‘porque me jodés’. Moreno tenía una herida en una pierna, y por eso me mancharon el auto con sangre”.
El testimonio del taxista fue requerido por el fiscal, ya que cuando declaró en la primera audiencia, Moreno dijo que esa lesión en la pierna había sido causada por Centeno.
Por otro hecho
Los últimos tres testigos que comparecieron en la jornada fueron los policías Ezequiel Gaudino y Sebastián Marqués, y el guardia de seguridad Javier Aldeco, quienes declararon en relación a un incidente ocurrido en la confitería bailable “Aruba” el 16 de enero de 2011, y por el que Moreno está acusado como presunto autor de “resistencia a la autoridad” y “lesiones leves” en perjuicio del primero de ellos.
Precisamente Gaudino ratificó que aquella madrugada detuvo a Moreno luego que protagonizara una pelea en el baño del boliche, aunque tras resistirse al arresto con golpes de puño y puntapiés. Incluso dijo que el acusado estuvo a punto de morderle un brazo, circunstancia que luego confirmó Marqués.
Audiencia final
La cuarta y última audiencia de debate de este juicio se realizará el próximo martes, a partir de las 8.30, en el quinto piso de Tribunales.
En primera instancia formularán sus alegatos el fiscal Márquez y la defensora oficial Ana María Díaz, y posteriormente jueces y jurados pasarán a deliberar para dictar la sentencia correspondiente, aunque luego de escuchar a Moreno en la instancia que se conoce como “última palabra”.
Se especula que las conclusiones de las partes insumirán toda la mañana, hasta el mediodía, y que las deliberaciones de tribunal se concretarán desde las primeras horas de la tarde, estimándose que el veredicto se conocerá después de las 17.
LAS FOTOS:
1- Empuñando un cuchillo similar al que se usó en el crimen, pero con la vaina colocada, el fiscal le pidió precisiones al médico forense. Para ello colaboró una empleada de Tribunales
2- El médico Gustavo Rodríguez explica detalles de la autopsia que realizó sobre el cuerpo de Centeno. Según el examen, la letal puñalada “ingresó de atrás hacia adelante y de abajo hacia arriba”
3- El fiscal Márquez le exhibe a los jurados populares algunas fotografías de la víctima, para ilustrarlos sobre lo que estaba declarando el médico forense
4- Marcela Bailone, madre de Centeno, declaró que Moreno le había dicho una vez que, “tarde o temprano” iba a matar a su hijo. “Me juró que lo mataría”
5- La defensora oficial Ana María Díaz tendrá una muy difícil tarea el próximo martes para probar la inocencia de Moreno
6- Durante las tres audiencias que ya insumió el juicio, la sala de la Cámara del Crimen estuvo siempre colmada de público, en su mayoría familiares y amigos de Moreno y de Centeno
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