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Los jugadores celebran después de asegurar la permanencia. Luego del partido tampoco pudieron cobrar lo que restaba de abril. Ezequiel Reina se lleva la pelota en ataque. El joven volante fue de lo mejor en Alumni |
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Con los bolsillos flacos y un compromiso por asumir, el plantel de Alumni tuvo ayer un domingo inolvidable.
Después de haber amenazado el sábado con no presentarse al partido, los jugadores cobraron la mitad de lo correspondiente al mes de abril por la tarde y concentraron. Ayer se levantaron temprano, desayunaron en el Hotel Amerian y luego se enteraron que la dirigencia no podía abonar la otra mitad hasta después del cotejo ante Deportivo Roca.
Había que resolver entonces si jugar o no. “Y... vamos a jugar”, dijeron algunos, casi con resignación, apenas llegaron al estadio. Pero también lo manifestaron con ansias de lograr el objetivo, conscientes de que faltaba sólo un paso para demostrar que Alumni está vivo.
El empate final resultó, a fin de cuentas, un desahogo enorme después de tanta presión. Y es por ello que luego de celebrar con la gente de cara al alambrado, los futbolistas (los que jugaron y los que no) se encerraron en el vestuario y tuvieron su celebración íntima junto al cuerpo técnico.
“Este grupo sufrió mucho y se merecía esta alegría”, afirmó el delantero Lucas Gómez.
“Estamos felices porque todo el equipo hizo un esfuerzo enorme; esta era nuestra meta, nuestro sueño”, resaltó el defensor Joaquín Lencinas.
“No bajamos nunca los brazos a pesar de todo, tengo hijos y una mujer para darle de comer y todo se nos hacía imposible, por eso creo que el grupo se bancó mucho”, contaba Maximiliano Rosales.
“A pesar de todo, teníamos que dejar la vida”, indicó Facundo Depetris.
“Este fue un grupo de hombres que pudo sacar adelante una situación muy difícil, un grupo humilde, con muchos problemas, pero que hizo un esfuerzo enorme”, comentó Ezequiel Reina.
“Nos sacamos de arriba una mochila enorme y agradezco a Dios por este momento que merecía este grupo, que pasó por cosas que no se las deseamos a nadie”, expresó Jonathan Scalzo.
Así, todos fueron dejando en claro que Alumni se sostuvo por una cuestión de actitud propia, en tiempos donde la plata escasea. De hecho, en medio de la felicidad, ninguno pudo luego estirar la satisfacción personal porque los dirigentes, luego de hacer números por la recaudación, finalmente no le pudieron pagar la otra mitad de abril como lo habían prometido.
Resignados a seguir padeciendo la crisis, los jugadores recién hoy pasarán por el club para ver si pueden percibir el dinero que falta, aunque todavía queda cobrar mayo.
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