Alumni no dio grandes satisfacciones peleando arriba en el Argentino A, al contrario. Pero si de algo se destacó el club a lo largo de estos años de militar en el fútbol profesional es de haber contado con algunas individualidades inolvidables.
Así como sucedió con el arquero Julio Chiarini (hoy en Instituto) o el goleador Carlos Herrera (en Cúcuta de Colombia), uno de esos jugadores que sedujo al futbolero local fue Marcos Sebastián Godoy.
Le bastaron algo más de 5 meses al delantero para ganarse el cariño de la gente, que ayer lo alabó con cánticos después de marcar el 1-0 parcial en Plaza Ocampo.
Potencia, picardía, gran técnica y gol. Todo esto mostró Godoy, quien ayer le agregó hasta la recuperación en el medio para cubrir las subidas de Ezequiel Reina y defender la ventaja como el resto de sus compañeros.
Tanto esfuerzo valió la pena. El atacante, tapado en Juventud de San Luis, vino a triunfar y lo logró, por eso cuando terminó el partido ayer, se tiró al piso, se tapó el rostro y lloró como un niño antes de arrojar la camiseta a la tribuna, como devolviendo el cariño.
“Estoy muy contento, muy agradecido al club, a la gente”, dijo luego el delantero, abordado por la prensa.
“Acá siempre pusimos todo, en cualquier cancha, por eso merecíamos quedarnos en la categoría”, agregó. Y sostuvo que “desde el utilero hasta los jugadores, Alumni trabajó para esto y eso nos deja muy contentos”.
La satisfacción del atacante dejó también sensaciones encontradas en la gente porque todos saben que será difícil retenerlo para el futuro.
El teléfono de Godoy no paró de sonar en las últimas semanas y hubo quienes hasta trataron de convencerlo de llevarlo antes.
Talleres, que acaba de desprenderse del goleador “Sacha” Sáez, es uno de los que puso el ojo en el artillero de Zárate. Pero el propio Godoy no quiso hablar de su futuro.
“Ahora voy a festejar y en la semana veremos”, manifestó el atacante. ¿Habrá sido el de ayer su último en Alumni? Tal vez. Lo importante es que cumplió.
Desde el inicio se filtró en el área rival y lo bajaron. Fue penal, algo imperceptible, pero penal al fin. Y el árbitro no cobró.
Después el delantero provocó una gran jugada al robar la pelota presionando en ataque y cedérsela a Lucas Gómez, quien sacó un remate que estrelló el palo.
Y a los 34 minutos de juego Godoy se dio el gusto del mediodía cuando marcó el tanto pisando el área chica, oportuno, como en tantos partidos desde que llegó al club.
Después de ser el verdugo de Alumni en la Copa Argentina (jugando para Juventud, le marcó el tanto que lo eliminó, en San Luis), Godoy arribó al club este año y rápidamente encontró su lugar.
Su sociedad con Víctor Rena (ayer ausente por suspensión) fue una de las mejores decisiones que por entonces tomó el “Zurdo” Miguel Angel López para levantar al equipo de la crisis futbolística. Y así, desde el debut ante San Martín de Tucumán, cuando marcó dos goles, hasta la víspera, Godoy no paró de sobresalir.
“Ojalá que no se vaya”, era el comentario de la gente en las tribunas, desde donde un muchacho joven, orgulloso, se llevaba la camiseta 9 para colgar en su casa.