Escribe:
Juan Manuel Gorno
Cuando los hombres también lloran, la pasión del fútbol suele ser protagonista. Y ayer Plaza Ocampo fue escenario de ese acto emocionante que reflejó la permanencia sufrida de Alumni en el Argentino A.
Las lágrimas de felicidad, de desahogo, de amor al orgullo propio, se apropiaron de los jugadores de Alumni y contagiaron a muchos hinchas que dejaron el almuerzo del mediodía para terminar así, llorando, golpeándose el pecho rojo y blanco.
La sangre y el sudor se habían plasmado antes, en la previa y en el partido angustiante contra Deportivo Roca que terminó 1 a 1 y que marcó la continuidad del fútbol villamariense en la tercera categoría del fútbol argentino.
Porque hubo sangre en las venas de los futbolistas de Alumni para afrontar el compromiso a pesar de no cobrar lo pretendido. Sangre en el corazón que se evidenció en cada pelota dividida y en cada embate ofensivo para ir en búsqueda del gol, aunque alcanzaba con el empate para lograr el objetivo.
Los jugadores de Alumni quisieron ganarlo de guapo y mostrarle a su gente que no hay tempestades externas que puedan tumbarlo, aunque los bolsillos vacíos (por un mes y medio de atraso en los sueldos) causen dolores de cabeza.
Pero se desangró Deportivo Roca en el primer tiempo cuando el equipo fortinero lo desbordó con Ezequiel Reina por izquierda y lo complicó con Marcos Sebastián Godoy convertido en pivot incontrolable.
Lejos de asumir una actitud timorata, Alumni fue protagonista de arranque y en menos de 15 minutos provocó seis tiros de esquina, dos remates que sacó el arquero Darío Sand y otro (mediavuelta de Lucas Gómez) que reventó el palo.
La gente se endulzó porque el equipo ejercía supremacía y, hasta allí, el rival no dejaba de ser de Argentino B.
Deportivo no lograba controlar a Reina, tampoco podía congeniar adelante y menos purificar su juego en el medio, donde Alejo Gelatini debía desdoblarse entre la recuperación y la distribución.
Apenas un remate de Daniel Taborda que rozó en un defensor y salió desviado y un violento disparo de Maximiliano Prioreschi desde afuera del área que pasó muy alto inquietaron a Jonathan Scalzo en el primer tiempo.
El resto fue todo de Alumni, que no sólo buscó con la velocidad y la gambeta de Reina, sino también con la movilidad de Juan Aimar en zona de gestación y el criterio de Federico Silvestre en el centro del campo.
Sólo había que ser preciso en el arco de enfrente. Y Godoy no defraudó en esa materia: a los 34 minutos y tras un lateral el goleador puso el cuerpo en el área chica y la mandó a guardar entre tantas piernas visitantes.
De ahí hasta el final de la primera etapa Alumni aumentó su canto en las tribunas y pareció regarse de mayor tranquilidad para sostenerse de la categoría.

A sufrir

El tiempo del sudor fue el complemento. Un sudor de aguante y sufrimiento.
Deportivo Roca, como sucede en este tipo de definiciones, tomó riesgos, fue al frente, empató y estuvo a punto de ganarlo, como para decirle a Alumni que nada iba a ser sencillo.
La clave estuvo en la lectura del partido que tuvo el entrenador Ricardo Pancaldo, quien sacó a un defensor para ubicar a un delantero (Federico Liguori) y retrocedió a Leandro Puig como enganche.
Al tener más contacto con la pelota, el movedizo Puig intentó jugar tras las espaldas de Silvestre, Gelatini encontró más espacios y Liguori aportó para penetrar la defensa con piques cortos.
Alumni tuvo que achicar espacios hacia atrás y Godoy debió bancárselas solito arriba porque Gómez no lo acompañaba demasiado.
Aimar, habilitado muy bien por Reina, pudo asegurar todo desde temprano, pero su remate desde el área salió desviado.
A los 19 minutos Liguori empató tras un pase de Gelatini y el silencio se apoderó por momentos de Alumni.
José Vázquez cambió el esquema, sacó a Gómez, puso a Sergio Zanabria y el equipo se dedicó a cortar los circuitos de juego de un rival que se animó a más.
Damián Jara se perdió una gran posibilidad a los 32 minutos cuando entró por izquierda y sacó un tiro cruzado que se perdió por el segundo palo.
Después llegó el turno de las atajadas magistrales de Jonathan Scalzo, quien apareció en toda su dimensión cuando desvió un tiro violento con claro destino de gol.
El árbitro Andrés Merlos, casi impecable desde lo reglamentario, adicionó seis minutos y luego otro más.
Alumni daba para el infarto y se sostenía aún con los ingresos de jóvenes defensores como Facundo Depetris y Fernando Maldonado.
Al final se lo perdió Puig y no hubo tiempo para más.
Las lágrimas, los abrazos enfervorizados y esa sensación infinita de permanecer (en Argentino A) se hicieron sentir más que nunca.
Atrás había quedado la Promoción más sufrida de las tres que afrontó Alumni en los últimos años. Adelante quedará mucho por hacer.
@ Síntesis

1
ALUMNI

Scalzo 7
Lencinas 5
Salort 5
Rosales 6
Villagra 6
Yocca 5
Silvestre 6
Reina 7
Aimar 6
Gómez 5
Godoy 8

DT: José Manuel Vázquez

1
DEPORTIVO ROCA

Sand 7
Acosta 6
Palomeque 6
Jara 5
Dómini 5
Fernández 5
Gelatini 7
Luna 5
Prioreschi 5
Puig 5
Taborda 5

DT: Ricardo Pancaldo

Goles: 34’ PT Godoy (A) y 19’ ST Liguori (DR).
Cambios: Inicio ST: Liguori (7) x Dómini (DR), 23’ ST Zanabria x Gómez (A), 26’ ST Facundo Depetris x Yocca (A), 37’ ST Maldonado x Villagra (A) y 43’ ST Castro (DR).
Amonestados: Godoy (A), Gelatini (DR).
Expulsados: 49’ ST Castro (DR) y Silvestre (A).
Jugado en: Plaza Ocampo.
Arbitro: Andrés Merlos (Tandil).
Público: 3.300 personas, aproximadamente.
@ El árbitro

Con autoridad, el tandilense Andrés Merlos tuvo un arbitraje sin grandes manchas. Al principio obvió un penal a Godoy, aunque la falta no pareció visualizarse de espaldas, sí de frente a la jugada, que es discutible. En las expulsiones, nada que reprochar. Los asistentes no acertaron demasiado, pero el arbitraje no dejó cuestionamientos.
@ La figura

Marcos Godoy hizo el gol de Alumni, peleó contra toda la defensa y se las bancó solo cuando el equipo retrocedió. Contagió por su actitud y recibió el cántico de la gente. Ezequiel Reina, en tanto, fue incotrolable por su sector y jugó uno de los mejores partidos desde que está en el club. Además, muy bien Scalzo sobre el final.