Probablemente a través de la trayectoria vital de Olga puedan resumirse, por semejanza, miles de historias de aquellos que vinieron a la Argentina buscando un nuevo destino de vida.
Junto a sus familiares, aquella inmigrante quinceañera que encontró el amor muy lejos de su Italia natal, nos invita a compartir su propio viaje en el tiempo.
De puño, letra y en primera persona, Olguita, la centenaria mujer, nos permite volver a la Villa de principios del Siglo XX.
Hoy, festejamos su presente y gracias a ella homenajeamos a los hombres y mujeres que desde distintos puntos del planeta llegaron al extremo sur de América para quedarse por siempre...
¡Feliz siglo Olga!
yer cumplí 100...
"Me llamo Olga Buffoni de Pesci, llegué de Gragnana (Massa Di Carrara - Italia) en el año 1927 con mis padres Ida Mencaraglia y Emilio Buffoni, y mis cuatro hermanos, Ruggero, Otello, Gino y Pedro.
Ayer, 24 de junio, cumplí 100 años.
Para venir a la Argentina debíamos tomar el buque ‘Princesa Mafalda’ y como los papeles estaban en trámite no pudimos hacerlo y nos embarcamos en el ‘América’, que zarpó varios días después.
Vale destacar que el buque ‘Princesa Mafalda’ se hundió diez días antes de nuestra partida hacia territorio argentino. Cuando llegamos a Buenos Aires (después de 21 días de viaje), nos enteramos de la horrible catástrofe que sucedió frente a las costas de Brasil con el barco que en un principio teníamos pensado abordar con mis familiares.
El primer trabajo de mi padre en Argentina fue ser capataz de una fábrica metalúrgica.
Después, lo recomendaron para dictar clases de mecánica en la Escuela de Arte y Oficio de la ciudad (ex Escuela del Trabajo).
Nuestra estadía era muy triste porque nuestras costumbres eran otras y la ciudad era muy deprimente.
Yo trabajé en una sastrería llamada ‘Las dos tijeras’ y cosiendo los cortinados y manteles del Palace Hotel (donde hoy funciona el Palacio Municipal).
Mis hermanos trabajaron de aprendices en un taller mecánico. Los cuatro estudiaron en esa época la carrera llamada ‘Tenedor de libros’.
Mi hermano Ruggero formó parte de una orquesta llamada ‘Re-Fa-Si’ tocando la guitarra y el acordeón.
Otello y Gino practicaban boxeo mientras Pedro se dedicó a estudiar.
Mi padre abrió la primer fábrica textil de Villa María en el año 1940.
Siete años antes, en 1933, me casé con Atilio Pesci. Yo tenía 20 y Atilio 25 años, tuvimos tres hijas.
Estuve 71 años casada con Atilio que falleció en 2004, totalmente lúcido, a la edad de 96 años.
En nuestros años de matrimonio fui muy feliz y disfrutamos mucho juntos viajando en nuestro motor home, recorriendo el país de norte a sur y también los países limítrofes.
Hoy tengo seis nietos, once bisnietos (una bisnieta en camino) y una tataranieta."
Esta es la historia de Olga Buffoni de Pesci, una inmigrante que con 15 años vino desde Italia a radicarse en nuestra Villa María.
En todos sus años supo ganarse el respeto y la admiración de toda su familia que hoy la ve disfrutar de sus primeros cien años de vida.
Sus tres hijas Zulema, Kiki y Adela, junto con sus maridos, sus nietos, bisnietos y su tataranieta esperan que siga bailando como hasta ahora. ¡Bravo nona Olga!
¡Felicitaciones y te queremos mucho!
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