Un grupo de vecinos del barrio Carlos Pellegrini reclaman desde hace tiempo y con suerte dispar, la protección de un grupo de añejos robles que se erigen en la plaza "Alfredo Palacios".
En el principal paseo público que tiene el sector barrial, los frentistas vienen denunciando que una invasión de insectos está deteriorando a los ejemplares, destruyendo así lo que aseguran es "una reserva natural urbana única en el país".
Para colmo de males, muchos de los árboles en cuestión han sido derribados por obra y gracia de los encargados de mantener en condiciones a la plaza (se cuentan siete especímenes extraídos en los últimos tres años).
Vale mencionar que la manutención del espacio vecinal hace algún tiempo ha sido concesionado a privados.
Según indicaron los denunciantes, responsables del cuidado de la plaza pidieron asesoramiento especial al municipio.
Consultada la ingeniera María Elena Díaz, argumentó que las plantas eran deterioradas por los claveles del aire que se han adherido a las cortezas de los robles.
En clave de contrapunto, a la vez que descartaron de plano la hipótesis de la especialista ambiental, insistieron en que las hormigas están socavando mortalmente las raíces (y muy pronto el interior) del valiosísimo grupo arbóreo.
"La ingeniera sugirió que se le pidiera a los alumnos de la Escuela ‘Juana Manso’, trepar a los árboles para sacar los claveles. Eso es una barbaridad, ¿cómo le vamos a pedir a los chicos que suban a los árboles para hacer eso?", relataron las fuentes consultadas por este matutino.
"Los árboles se están secando por las hormigas y no hay forma de que lo entiendan. Si seguimos así, se va a perder todo este tesoro natural", acotaron.
Respecto al talado de los árboles, los denunciantes indicaron que lo cae por acción de las hachas y motosierras, queda tirado en el lugar hasta que alguien se lo lleve.
"Es madera carísima y va a parar a algún basural donde terminan quemando el tronco. Una verdadera pena", subrayaron.
“Nos imaginamos que deben existir otras estrategias para solucionar este problema y preservar los robles de su casi segura desaparición”, expresaron además.
“Hace diez años que la arboleda de a poco se viene deteriorando. Durante una década reclamos, seguimos discutiendo sobre el problema y ninguna autoridad sabe cómo solucionarlo”, añadieron.
“Espero que este sea el último pedido de auxilio y la Municipalidad nos tenga en cuenta”, concluyeron.