Opinión I
Las organizaciones firmantes repudian enérgicamente el golpe Parlamentario producido en la hermana República de Paraguay, basada en una conjura oligárquico-imperialista contra el legítimo presidente Fernando Lugo. Las razones esgrimidas para su destitución no resisten el menor análisis democrático, pues resulta inimaginable legitimar una maniobra de 39 legisladores, integrados por una combinación de derechistas del Partido Colorado y de traidores a la causa nacional y popular que llevó a Lugo al Gobierno: que deponen a un presidente elegido por una absoluta mayoría, en una parodia de juicio expreso y sin derecho a la defensa y menos a la consulta popular.
En esta actitud destituyente no se pueden esconder los intereses de los explotadores y terratenientes, de los narcotraficantes y de los “caballeros del contrabando”, favorecidos por una expresión de ultraizquierda que, como siempre, se hizo funcional a la derecha con su aventurerismo armado. Se trata de un golpe no sólo a la democracia regional sino a los pueblos sumergidos en la miseria por el neoliberalismo, cuyos intereses, sueños y esperanzas constituyen la razón de ser de la mayoría de los gobernantes como Lugo.
A nuestro juicio se impone que los países de la Unasur, unidos y solidarios, desconozcan el poder surgido del golpe, exijan la revisión de un proceso fraudulento y la restitución del presidente Lugo en el Poder. Aplicándole a los golpistas las medidas sancionatorias que corresponda. La defensa de la democracia y de los avances alcanzados en esta parte del Continente así lo exigen, además de “curarnos en salud”, sobre los propósitos nunca abandonados del imperialismo de desestabilizar a nuestros gobiernos utilizando a sus destacamentos locales.
Reyes Martínez por el Frente Nuevo Encuentro, Javier Ludueña por La Cámpora Villa María
Opinión II
La Asociación del Personal de la Universidad Nacional de Villa María quiere manifestar su más enérgico repudio, oposición y rechazo al golpe de Estado que destituyó a Fernando Lugo, presidente de Paraguay. Expresamos nuestra solidaridad con el presidente Fernando Lugo, y fundamentalmente con el pueblo paraguayo, quien será el más perjudicado por este nuevo retroceso en el desarrollo de un Paraguay más justo, más igualitario y más democrático.
La velocidad con la que ha decidido la elevación a juicio político, y la sordera ante las manifestaciones populares, tanto en Paraguay como fuera del Paraguay, forman parte de un golpe que se fue generando desde la misma asunción de Lugo a la Presidencia. No es casual la resistencia de la oligarquía terrateniente paraguaya, beneficiaria de la sojización del país y expulsora de miles de campesinos, a las políticas de Lugo. Allí como aquí, los intereses de las multinacionales relacionada con el campo, los medios de comunicación concentrados y un sector de la clase política profundamente antidemocrática y cipaya son el caldo de cultivo de este golpe.
Tenemos una deuda con los hermanos paraguayos. No debemos olvidar que como Nación tenemos responsabilidad en la manera en que se ha configurado la historia paraguaya en los últimos 150 años. Es hora de comenzar a saldar la ignominia que nos cubre por haber participado en una guerra que masacró al pueblo hermano.
No podemos perder de vista lo que significa para nosotros, trabajadores y activos participantes del proyecto nacional y popular que reconstruye cada día nuestro país, este golpe de Estado: más ignominia, más explotación, más olvido. Hacemos nuestras las palabras que hace casi setenta años otro gran promotor de la unidad latinoamericana expresara y que a la distancia, también hablan de Fernando Lugo y del pueblo paraguayo: “Muchas veces me dijeron que ese pueblo a quien yo sacrificara mis horas de día y de noche, habría de traicionarme. Que sepan hoy los indignos farsantes que este pueblo no engaña a quien lo ayuda”.
Comisión Directiva de Apuvim
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