Las vidas de tres familias se cruzaron en esta historia que ayer tuvo un buen principio.
Por un lado, la de Yazmín Gómez, la niña que fue trasplantada de un riñón y para continuar viviendo con salud necesita condiciones dignas de habitabilidad. Los Maldonado sabían que iban a poder darle a la pequeña esas condiciones porque habían sido adjudicatarios de un plan de viviendas de Cáritas y podían contar con una casa digna, de tres habitaciones y dependencias.
La otra historia es la de la familia de Mauricio López, padre de siete hijos, que ante la desesperación de no tener trabajo ni vivienda, ocupó la casa recién terminada de Cáritas que debía ser para Yazmín.
Y hay una tercera historia, la de Rosa Ferreyra, una mujer que pasó por la peor tragedia, cual fue la muerte de sus hijos en un choque en el camino de La Herradura ocurrido en el año 2010.
¿Como se entrecruzan estas historias? María José Pedernera, secretaria de Legal y Técnica de la Municipalidad de Villa Nueva, relató que desde la usurpación hasta ayer estuvieron trabajando en dos frentes: por un lado, el proceso judicial de desalojo de la familia López y, por el otro, la mediación para buscar soluciones a las familias, dado que ambas tenían necesidades.
“Personalmente siento que han pasado cosas muy positivas en este proceso, fundamentalmente al saber que López pudo tener un cambio para bien en su vida y en la de su familia”, destacó.
Es que el padre múltiple consiguió trabajo en una empresa de Villa Nueva y, como debe ser, en blanco. Eso le permitió alquilar por sus medios una humilde propiedad, tal vez no ideal para un grupo familiar tan grande, pero digna y conseguida con el esfuerzo personal.
Es así que ayer pudieron dejar la casa usurpada y devolverla a los Maldonado.
“La casa tiene el deterioro del uso, pero no está rota”, aclaró Pedernera.
La letrada explicó que el proceso judicial de desalojo ya estaba en la fase final y era inminente la orden judicial, lo que seguramente sería traumático para todos los involucrados.
Ahora bien, falta conocer cómo interviene Ferreyra en esta historia.
La mujer, con el dolor de la irreparable pérdida a cuestas y sabiendo de la necesidad de los López, les cedió generosa y solidariamente un terreno de su propiedad, ubicado en un buen lugar, para que la familia numerosa, que ahora tiene un salario, pueda empezar con proyectos de construcción de la vivienda propia.
Así fue que gracias a que estas tres familias se cruzaron, ayer al mediodía el intendente de Villa Nueva pudo entregar la posesión de la vivienda a la familia de Yazmín, que ya puede contar con su techo propio para seguir adelante.

Una vivienda para la recuperación

Después de años de vivir dependiente de una máquina de diálisis, Yazmín pudo recibir el riñón de un donante el 17 de abril de 2010, en el Hospital de Niños “Santísima Trinidad” de la ciudad de Córdoba.
Sus padres, Hernán Gómez y Mirtha González, anhelaban el momento de tener una casa digna para ayudar al proceso de recuperación en la nueva etapa de la vida de la niña.
Yazmín, tras la operación, necesitaba estar alejada de cualquier humedad o foco infeccioso para hacer favorable la evolución del proceso de adaptación al riñón del donante.
Los Gómez sufrieron mucho por no contar con la casa que soñaban, dado que la vivienda que habitaban en ese momento era de paredes de barro y no reunía las condiciones de habitabilidad para la recuperación de la niña.
Cabe recordar que Yazmín debió atravesar muchas dificultades desde pequeña. Antes del trasplante, ocurrido cuando tenía ocho años, tuvieron que operarla dos veces de cadera y fue precisamente durante el tratamiento del problema óseo que descubrieron su insuficiencia renal.
Soportó años de diálisis a la vez que trataba de hacer lo que sus pares de la edad: además de cursar la primaria, en 2009 estudió y practicó danzas folclóricas.