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El auditorio lleno fue una muestra del interés que tiene el tema de la nutrición entre productores y técnicos - Fernando Orias, de la Universidad Nacional de Río Cuarto - Juan María Baeck aseguró que se puede ahorrar 21 centavos por litro |
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El presente es un año difícil para los productores lecheros por la baja rentabilidad del producto que entregan en las usinas lácteas.
Más allá de las acciones que se llevan adelante “tranqueras afuera” reclamando mejoras en el valor del litro de leche, en las Jornadas Nacionales Lecheras que se realizaron el miércoles último, en Villa María, se hicieron propuestas para mejorar los costos tranqueras adentro.
Los especialistas de primer nivel que disertaron en la oportunidad, plantearon la necesidad de romper el círculo vicioso de épocas de vacas flacas, que se traduce en la necesidad de ahorro en alimentos, lo que redunda en menor producción, trayendo como consecuencia el achique y el riesgo de desaparición de los productores más vulnerables, como ya se ha visto en Argentina.
Es por eso que mostraron cómo se puede ahorrar partiendo de técnicas de manejo tendientes a mejorar la sanidad y disminuir la mortalidad vacuna, como así también decidir por nutrientes que redunden en más producción.
Transición
Juan María Baeck dio una charla sobre “Nutrición y manejo de las vacas en transición”, destacando que es central la atención puesta en los 20 días antes y los 20 días después del parto.
Los cambios abruptos provocados por el parto hacen que el ganado consuma voluntariamente menos alimentos en los tiempos de mayor producción, por lo que se entiende que es un momento central para incorporar nutrientes que aporten energía, disminuyendo así las enfermedades que ocasiona la falta de alimentos en esos días clave.
“El índice de pérdida de nuestras máquinas de producción que son las vacas, es incomparable. Otras industrias no podrían creer que por año se pierde del 8% al 12% de nuestras máquinas”, señaló, al referirse al índice de mortalidad del país.
Al abordar la principal causa de mortalidad, Baeck expresó que son las enfermedades de base metabólica las causantes del problema. Esas enfermedades se originan por el bajo consumo de alimentos en tiempos de mayor producción, por el estrés y por estar sin defensas a causa de la falta de nutrientes.
“Por ejemplo, una vaca que tiene problemas por falta de calcio, tiene seis veces más de posibilidades de retención de placenta”, dijo, al enumerar una de las enfermedades que causa el problema nutricional.
“La madre de todos los problemas es el Balance Energético Negativo”, aseguró, por lo que lo que haga el productor en los 40 días de transición “es central para el rendimiento”.
Para ello, sugirió que en las dietas se ponga especial énfasis en la inclusión de energía y proteína, en el mantenimiento de los niveles de calcio y en evitar las caídas de la inmunidad.
Con mejoras en las dietas y en el manejo, Baeck asegura que provocará la disminución de la mortandad y el aumento de producción, lo que, reflejado en números “representa una reducción de 21 centavos por litro de leche”.
“No sé si no lo hacen por inoperancia o por no entender la problemática, pero estoy seguro que si pueden ver que con esto ser ganaría 21 centavos más por litro, nadie dudaría en prestar atención a estas recomendaciones”, concluyó.
Sintonía fina
El especialista en nutrición de la Universidad Nacional de Río Cuarto, Fernando Orias, abordó una charla titulada “Manejo de alimentación en tiempos de sintonía fina”.
Explicó que el título de la disertación se funda en un escenario de sequía, que provoca la existencia de reservas forrajeras de mala calidad y, además, escasas y en que el precio de la leche, que es igual o menor que el año pasado, no contempla el crecimiento de los costos debido al contexto inflacionario.
“En este escenario sabemos que la alimentación se lleva la parte del león, por lo que el productor piensa que la mejor forma de ahorrar es precisamente en la alimentación. Pero si lo hace, produce menos y las consecuencias son peores”, dijo.
Es por eso que planteó algunas alternativas para afrontar en el escenario de “sintonía fina”:
- Eliminar vacas improductivas.
- Vender vaquillonas de reposición (como última alternativa para hacer caja).
- Acopiar insumos.
- Encierre temporario.
- División de rodeos.
- Búsqueda de alternativas para aportar energía y proteínas en la alimentación.
- Secado anticipado.
Con la premisa de que “nada es tan malo que no pueda empeorar”, Orias explicó detenidamente las ventajas de dividir el rodeo indicando que, con un buen manejo de separación por épocas de producción, se genera un impacto significativo en la economía de los productores tamberos.
Agregó -coincidiendo con Baeck- que en lo que hace a alimentación, los días previos al parto se comienza a desarrollar el tejido que secretará la leche, por lo que la nutrición en esos días es central.
Aclaró que no habla de “mucha”, sino de “adecuada” alimentación, dado que las vacas más gordas terminan produciendo menos.
“En lo que hace al posparto, tienen que saber que necesitan más nutrientes que los que comen voluntariamente. Esos nutrientes van a la glándula mamaria, por lo que es central para el aumento de la producción”, dijo.
“Agregar granos en esta etapa para sumar el almidón que genera glucosa es indispensable”, aseguró el especialista.
“La idea es que ganen más plata disminuyendo pérdidas y no eliminando nutrientes”, concluyó.
El tema de la alimentación y el manejo fue central en las Jornadas Lecheras que, tal como lo demostró la asistencia de centenares de productores, es uno de los que más preocupa al sector que busca, además de reclamar por precios y estabilidad tranqueras afuera, quiere mejorar la rentabilidad en cada establecimiento.
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