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La firma “Deseares” podría ser allanada el lunes para destruir los frascos que quedaron depositados en la empresa clausurada |
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La peor de las noticias llegó para la familia del hombre que había consumido un escabeche de la empresa “Deseares”, de Alfredo Gismondi, ubicada en el bulevar Cárcano de esta ciudad, dado que el viernes a la noche falleció víctima de botulismo, tal como dimos a conocer ayer en EL DIARIO.
Cabe señalar que en este caso, como no había quedado nada en el frasco del producto a base de ciervo que había consumido, las autoridades sanitarias no pudieron establecer fehacientemente si en el alimento elaborado en Villa María estaba o no la toxina que provoca el botulismo.
Distinto fue el caso del hombre de Carcarañá, que falleció de la misma enfermedad después de consumir en abril de este año un producto de la misma marca.
En este hecho, sí habían quedado restos de riñón al malbec en el frasco y tras los análisis específicos, demostraron que la bacteria estaba presente.
Con el fallecimiento del viernes, suman dos los muertos por botulismo y que comparten el mismo antecedente de haber consumido el producto “Deseares”, lo que complica aún más la situación de la empresa.
La firma en cuestión, venía trabajando en una pequeña producción ubicada en la vivienda familiar.
Cuando se conoció el primer caso, intervinieron las autoridades sanitarias tanto de la Municipalidad de Villa María como de la provincia.
Detectaron -además de la bacteria del botulismo en el frasco- que la empresa de Gismondi había falsificado los números de registros (el del establecimiento y el de alimentos), lo que motivó, por un lado, que la Justicia de Faltas de Villa María ordenara la destrucción de toda la producción por la falsificación de los rótulos y por el otro, que desde la provincia iniciaran acciones penales.
En el caso de la Municipalidad, Valeria Suárez confirmó que la comuna destruyó los 180 frascos de riñón, pertenecientes a la partida de productos similares al que había ingerido el hombre de Carcarañá y que fueron secuestrados en el momento que hicieron la clausura de la empresa.
“Quedó en el lugar el resto de la producción, que consiste en 3.600 frascos de distintos productos. Cuando la Justicia de Faltas ordenó la destrucción total, no pudimos hacerlo porque los dueños lo impidieron. Así fue que, vía Asesoría Letrada, pedimos una orden de allanamiento que creo estará lista para ejecutarla el lunes”, indicó la responsable del área de Bromatología y Habilitaciones.
Denuncia penal
Tal como informamos oportunamente, desde la Secretaría de Alimentos de Córdoba, dependiente del Ministerio de Agricultura, se hizo una presentación penal.
“Ante los casos de botulismo que sufrieron dos personas por consumir productos envasados de una fábrica de Villa María, realizamos una denuncia ante la Justicia provincial, a los fines de que se investigue si lo acontecido configura un ilícito penal”, indicaron en un comunicado.
Destacaron desde la Secretaría que “los informes técnicos detallaron que en la fábrica no se utilizaban los procedimientos adecuados para la eliminación de la toxina botulínica”.
Con todos estos antecedentes, Ricardo Meirotti, el secretario del área, hizo la denuncia ante el fuero penal del Poder Judicial de Córdoba.
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