Por la sanción del femicidio
Al conmemorarse el décimo mes del asesinato de Claudia Rodríguez y de cara al próximo tratamiento del proyecto para la modificación del Código Penal que persigue la inclusión de la figura de femicidio en las cámaras de Senadores y Diputados, expreso lo que sigue a continuación.
El estado de alerta en el cual se encuentra la sociedad con motivo de los pronunciamientos equívocos que en torno a los homicidios que tienen como víctima a mujeres y como responsables a varones con un vínculo muy allegado a sus esferas afectivas, se vienen dando a conocer recientemente en el ámbito de la Justicia.
Me encuentro firmemente convencido de que la figura del femicidio, como tipo penal que persigue la sanción punitiva de un flagelo que vulnera específicamente a las mujeres, debe ser autónomo.
Ello, toda vez que al delito en cuestión, subyace una asimetría de poder físico, psicológico y económico innegable entre agresor y agredida, que en general es el corolario de una desgastada y violenta biografía de vida que precede el desenlace fatídico que está cobrándose cada día más vidas de mujeres en nuestro país.
Es también mi intención poner de manifiesto que el carácter ejemplificador de la pena en estos casos, deviene como una herramienta imprescindible en este momento donde los casos de muertes de mujeres a mano de los hombres cercanos a su cotidianeidad más próxima se incrementan día a día y sin registrar diferencias en cuanto a nivel social, educacional ni económico en los agentes responsables del delito.
La única constante es la situación de inferioridad de poder de la víctima respecto de su homicida.
Considero que como sociedad inscripta en un proyecto político que tiene para todos sus actores estratégicos a los derechos humanos como eje de su agenda, precisamos con urgencia visibilizar la reprochabilidad de esta conducta delictiva como un accionar especial y específico.
Para ello resulta imperante la legislación de un tipo penal autónomo para esta figura de femicidio, además del registro único de golpeadores a nivel nacional, que otorgue al Estado una herramienta punitiva más estricta para perseguir de un modo especial una muerte que también es especial (por su especificidad), y que se traduce en el homicidio de la mujer amada y amarrada por los vínculos familiares que la violentan y que son los mismos que terminan, abusándose de ese poder y causándole su muerte de forma violenta.
Sin otro particular, con la convicción de que la ciudadanía se construye diariamente con participación activa, saludo atentamente.
Daniel Massara
Instituto Nacional de Hombres contra el Machismo
“Dirán que todo es mentira”
La felicidad es un estado de ánimo que produce bienestar, una sensación de alegría y de satisfacción frente a la vida.
Pero ¿se puede ser feliz siempre? Muchos han estudiado e investigado sobre el tema pero hasta ahora nadie ha encontrado la fórmula de la eterna felicidad. Esa llave mágica que nos conduzca hacia las puertas del Paraíso
Sólo se puede decir que es un estado interno que nos mantiene en una aptitud positiva, mirando la vida con una sonrisa, disfrutando cada día de las pequeñas cosas. Viviendo todo con satisfacción y estando en un estado de complacencia frente a nuestras circunstancias.
Pero ¿somos todos felices los argentinos? Irónicamente en el ranking del "El Happy Planet Index", la Argentina esta en el puesto 17 de los países más felices.Yutilizan para medirlo parámetros como la esperanza de vida, el bienestar y el manejo de la ecología", entre otras cosas.
Pero ¿todos los 40 millones nos sentimos felices?
Si bien los malos momentos pueden golpear a nuestra puerta como, los problemas económicos, la inflación, la familia, los negocios, las cuentas que no cierran, los problemas de salud, el estrés, la inseguridad, la corrupción, etcétera. Entonces en esos momentos los pensamientos negativos pueden convertirse en salvavidas de plomo que afectarán nuestra aptitud frente a la realidad, debilitándonos ante los cotidianos embates que nos acosan.Y esto luego puede influir en nuestras decisiones .Y al final terminan por afectarnos internamente y reaccionamos equivocadamente.
Pero ¿qué pasa cuando es el sustento diario el único problema que preocupa a un ser humano? Si se carece del alimento necesario para vivir, y se es un niño que no tiene posibilidades de tener un plato de comida cada día ¿Se puede ser feliz con hambre?
¿Puede aceptar un funcionario, legislador, ministro, intendente, gobernador, vicepresidente y presidente de Argentina sin revolvérsele las entrañas que un niño de su país no tenga qué comer y que solo cene una tasa de té?
Y teniendo en cuenta que desde la Fundación Conin (Cooperadora para la Nutrición Infantil), dice que en el país mueren por desnutrición 20 chicos cada mil y 2.100.000 no tienen asegurado el acceso a una alimentación diaria, mientras 260.000 niños menores de 5 años sufren algún grado de desnutrición. Entonces ¿podemos sentirnos bien, con niños con hambre, sin espectativas de vida, sin bienestar y sin fuerzas para jugar, para sonreír, para tener una infancia feliz?
Los millones que se gastan en Aerolíneas -que está mal administrada-manteniendo aeronaves por las que pagan fortunas, dinero que puede ser destinado para dar de comer a tantos pequeños pero que se gastan en aviones que están abandonados en las pistas y sin cumplir sus funciones.O cuando se pagan millones en programas o en proyectos que terminan truncos pero que sirvieron para favorecer a unos pocos o cuando se dilapida en publicidad y no en alimentar a los niños de su país.
Es verdad, el hambre duele, pero más duele cuando se ve cómo se manipula a esa gente que carece de todo y que no tiene lo más básico que es un plato de comida diario y el poder se aprovecha de sus necesidades utilizándolos como comodines para sus fines electorales.
Pero mientras ellos se engalanen de soberbia y vanidad seguirán sordos y ciegos y los niños del país dormirán con hambre. Pero sus aplaudidores obsecuentes que nada les importa, dirán que todo es mentira.
María Celsa Rodríguez
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