La ciudad amaneció fría y sin tulipas visibles en el horizonte. En el primer día de las vacaciones escolares de invierno, los permisionarios del servicio de taxis cumplieron, a partir de las 6, la anunciada medida de fuerza con un alto acatamiento.
El aumento de la tarifa en 1,40 peso y la no inclusión del GPRS, son los puntos principales del reclamo que dejó a Villa María sin móviles “libres” hasta la medianoche de la víspera.
Pasada las 9, los autos de alquiler ganaron las calles en una extensa caravana que partió desde el Parque Pereira y Domínguez con destino a la sede del Concejo Deliberante.
La marcha fue encabezada por una propaladora que difundió en forma constante los puntos principales del reclamo del sector que presta el servicio público de pasajeros.
Los permisionarios marcharon hacia la Casona de calle Mitre con un objetivo: ser atendidos por un legislador y arrancarle la promesa de una audiencia en los próximos días.
No lo lograron. En la puerta del Concejo sólo encontraron un agente de policía, en el interior alcanzaron a divisar a la edil del radicalismo Nora Landart y la llamaron sin obtener eco.
Fue la primera parada de la movilización que continuó, pacíficamente, su marcha buscando nuevos interlocutores.

“Nadie disponible”

“En el Concejo nos dijeron que no había nadie disponible”, afirmó el titular de la Cámara de Taxistas David Tosello al periodista de EL DIARIO.
Tosello recordó, seguidamente, los motivos de la medida de fuerza.
“Hoy estamos protestando por dos puntos fundamentales que son 1,40 peso más en la tarifa y por la no implementación obligatoria del GPRS. En primer momento se comenzó a protestar mediante mesas de diálogo donde estuvimos hablando del blanqueo, que estamos de acuerdo 100% con eso y queremos que los concejales nos ayuden a poder costearlo.
Uno de los puntos más graves que tenemos hoy es el GPRS que tiene un costo bastante importante para el permisionario”, señaló.
El aparato, que permitirá a la Municipalidad el rastreo satelital de los vehículos, tiene un costo de 800 pesos en comodato y el pago de una cuota mensual, según comentaron los manifestantes.
“Vamos a seguir con más protestas hasta que tengamos abierta nuevamente la mesa de diálogo como tuvimos hasta ahora. Si bien nos dijeron ahora que la nota que les presentamos el viernes le faltaba una firma por eso no tenía legalidad, la volvimos a presentar hoy. Nosotros cumplimos con la parte burocrática que ellos nos pidieron”, indicó Tosello.
En la puerta del Concejo, los asistentes a la movilización deliberaron y resolvieron poner en marcha los motores de sus rodados rumbo al Palacio Municipal.
La segunda parada fue en Sobral y Mendoza. Tranquilos, sin generar incidentes realizaron el intento para ser escuchados por representantes del Ejecutivo.
Un grupo de permisionarios, presidido por Tosello, ingresó al edificio para solicitar ser atendidos por el intendente Eduardo Accastello o algún funcionario.
“En la Municipalidad nos pidieron que presentemos una nota por Mesa de Entrada para que evalúen cuándo nos podían atender”, aseveró el representante de la Cámara.
Esta nueva negativa los llevó a definir la tercera parada: la Terminal de Omnibus.
“Fuimos a la Terminal a que nos atiendan en realidad”, afirmó Tosello entrevistado por nuestro matutino, al final de la protesta.
Uno a uno, los autos iniciaron el bloqueo de calles estratégicas en torno al ingreso y egreso de los colectivos.
Bulevar Sarmiento, el acceso a ruta 9 fueron dos puntos tapados por los rodados, mientras sus conductores bajaban gomas que al final no quemaron.
Sí, se hicieron escuchar a través de bombas de estruendo. La situación complicó a los pasajeros de los micros y algunos plantearon sus quejas a los permisionarios.
Una hora, aproximadamente, duró el bloqueo que derivó en una denuncia de las autoridades del ente ubicado en Sarmiento y Alvear (ver página 4).
Pasado el mediodía, la protesta tuvo su punto final.
“Tuvimos una adhesión de 200 personas, el acatamiento fue altísimo”, sintetizó Tosello.