Una vecina de Villa Nueva que gasta más de mil pesos por mes en alimento balanceado por rescatar a perros de la calle sufrió en los últimos días denuncias, persecución y escraches por Internet.
Vilma reside en calle 25 de Mayo al 1200. El domingo, ante denuncias de vecinos, llegó la Policía y proteccionistas se terminaron llevando cerca de 15 perros que ella tenía en su hogar. Ayer le quedaban nueve.
EL DIARIO arribó a su casa a las 10 de la mañana. Justo en ese momento, dos jóvenes atacaban a Vilma verbalmente, lo que generó un cruce entre las mujeres que incluyeron varios insultos. Las chicas la acusaban por haber visto allí a un perro muerto, pero ella desestimó los agravios: “Yo no estaba y cuando llegué me habían tirado un animal muerto”, aseguró.
Luego, la vecina le dio una nota a este matutino en la cual, en varias ocasiones, se conmovió hasta el llanto. Golpeada por su reciente viudez (su marido, Armando Ludueña, ex integrante de Bomberos, falleció hace un mes), contó que alguien la denunció y que el domingo, cuando estaba fuera de su hogar, se enteró de que la Policía había llegado a su vereda. “Me vine y cuando llegué me encontré un escenario que parecía que hubiese ocurrido un crimen. Menos mal que tengo el corazón sano, si no, no podría haberlo soportado”, dijo llorando. “Me acusaban de que tenía a los perros flacos y en mal estado, siendo que gasto mil pesos por mes en alimentos”, afirmó. Fue, buscó cuadernos y exhibió a este cronista las anotaciones sobre lo que gasta semanalmente en balanceado. Luego dio la dirección del local en el que compra alimentos para sus perros, en calle Belgrano, frente al IPEM 322. Este diario corroboró luego, en ese lugar, que efectivamente es una asidua clienta. “Debe gastar su sueldo aquí”, reveló la dueña.
“No les doy huesos, les doy la mejor comida para que vayan bien de cuerpo y estén fuertes”, contó Vilma.
Recordó, ante preguntas, que cuando vivía en el centro de Villa María llegó a tener 60 perros. Hace una década se mudó a esta humilde vivienda de Villa Nueva, donde no tiene luz. Explicó que vive de la jubilación y adelantó: “Voy a seguir cuidando perros digan lo que digan, porque los quiero”. Develó que pronto se radicará en una estancia que tiene su familia en James Craik, ya que necesita paz y espacio para sus animales. Dijo sentirse acosada por algunos vecinos.
“El domingo vinieron proteccionistas y se llevaron varios perros. Ni uno estaba enfermo. Me duran hasta 20 años de lo bien que están”, subrayó, rodeada de pequeños canes. “Cuido a una señora y gasto lo que gano para poder darles de comer. Siempre trabajé. Iba a la ex Escuela del Trabajo, sin sueldo, a ayudar en la cocina y luego ellos me colaboraban en esta causa”, narró.
Cuando este cronista se estaba por ir, llegaron al domicilio una chica y un chico. El traía en sus brazos un perro negro, chiquito, que estaba abrigado con un pulóver. No quisieron salir en el diario, pero contaron que le venían a mostrar a Vilma que tenían bien al animal que, hasta el domingo, residió en la vivienda de la controversia. Y la defendieron: “Hay gente que está en esta causa que habla por hablar, acusa por acusar y que es exagerada”, coincidieron. “La señora tiene a todos sus perros bien”, contaron los rescatistas de uno de los canes.
En la esquina, un vecino consultado por este periodista remarcó: “No sé lo que ocurrió, yo vi a la Policía y un escándalo en la calle el día domingo. Sólo puedo decir que la señora es una muy buena mujer”.
En Internet. “Estos perros y más animalitos están en una casa totalmente descuidados y desamparados. Algunos enfermos por la desnutrición. Hay más animalitos en el interior de la casa, pero no se pudo ingresar ayer. Hay que ayudarlos en forma urgente”, fue la leyenda que corrió por Facebook en los últimos días. Al parecer, no se condice con la realidad.
Diego Bengoa