Señor director:
Sólo quiero contestarle a todos los que hablan y opinan sin saber, por fama, por envidia, por querer limpiarse.
Omar Fulgenzi estuvo presente en cada pollada y con lo recaudado pagó él mismo lo que correspondía. El habló y lloró con la gente pidiendo ayuda porque lo habían dejado tirado en un geriátrico, siendo estafado por su supuesta mujer y quien está a cargo de la radio donde trabajaba.
El le pidió a Luna y a muchos auspiciantes perdón por tiempos pasados y también ayuda. El mismo lo dijo al aire hasta un día antes en la emisora mencionada. No sé cuál es la intención de tratar de hacer daño lastimando gente con mentiras, porque no sólo se me trata de ofender, sino también a todos los que ayudaron y estuvieron al lado de mi padre en esos momentos. Yo sólo fui su puente para ayudarlo a recuperar su dignidad, su libertad, sus hijos, nietos y amistades, las cuales le habían prohibido verlos, cuando tal vez no se lo merecía por habernos dejado de niños por una mujer a la cual le brindó una vida de reina. Con la venta de 150 pollos nadie hace milagros.
Su mujer y el encargado de la radio enredaron a mi padre con promesas donde él volvería a su radio y disfrutaría de sus bienes. Obvio que por conveniencia y para limpiarse y él, muy tonto, una vez más creyó en las víboras.
Cuando hablé con mi padre la última vez para hacerle entrar en razón tenía los brazos moreteados y todas las uñas sangrando de tan al ras que se las habían cortado en su casa. Con policías de testigo pedí que dejaran constancia de todo.
Sé que no son palabras de mi viejo las que se dijeron en mi contra. El no diría eso de mí después de todo lo que hice siempre por él y más después de su accidente. A menos que sea torturado, que es obvio ahora y más de uno sabe que así es.
Me imagino los días que debe estar pasando. Pobre de él, pero bueno, él se la buscó. Una vez más está preso, sin visitas, sin salir a la calle, sin ver a sus hijos, nietos ni familiares y maltratado física y moralmente. Sólo les voy a pedir que no lo abandonen y que lo visiten seguido. Gracias a toda la gente buena que sabe la verdad y se ha llegado a darme fuerzas. Por aconsejarme que deje todo así como está sin contestar a los idiotas que no saben, porque no vale la pena. Sé que hice lo mejor que pude, si no lo supo aprovechar, allá él y todos los que hablan sin saber. Sólo dejo todo en manos de Dios.
Marcela M. Fulgenzi
DNI 20749838
(*) La presente misiva responde a la nota publicada el 21 de junio, donde Omar Fulgenzi dice haberse sentido "engañado por su propia hija"
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