La cantante Margarita Torrens es descendiente de baleares y turcos, villamariense por opción e indudablemente, santiagueña de ley.
No sólo por su tonada se percibe sino por su afición por la música folclórica, en especial por las obras no tan difundidas de los autores más reconocidos de su provincia.
Este año, junto a su hijo, el cantor y guitarrista Eduardo Font (también residente en nuestra ciudad desde el año 2000), ha decidido salir a respaldar su segundo trabajo discográfico y el primero editado por el sello Epsa Music. Cuenta además con la producción artística de Hugo Casas (el mismo que estuviera detrás de placas de Abel Pintos y Los Nocheros), quien tuvo que esperar varios años hasta que la artista se decidiera a aceptar la propuesta. “Cuando Hugo me dijo que quería hacer un disco mío, en 2004 después del Festival de La Chaya en La Rioja, yo no sabía quién era. Fue mi marido quien me insistió en que Casas me produjera”, comentó a EL DIARIO.
El disco “Criolla”, grabado a fines de 2011 en el estudio El Dorado (del marido de Tamara Castro), ya fue presentado el domingo pasado en una serie de entrevistas programadas en radios de Buenos Aires (Mitre, Radio Nacional y FM Pasión) y en peñas como en la localidad bonaerense de Los Cardones (el lunes) y en la Feria de Mataderos (ayer).
Hoy, finalmente, será la presentación oficial y conferencia de prensa a las 19 en la Casa de Tucumán, ubicada en calle Suipacha de Capital Federal.
Dicha propuesta será el punto de partida para una gira que la mantendrá ocupada en el mes de agosto, con recitales en Jujuy, Santiago del Estero y Tucumán. La acompañarán Omar Peralta (músico del Dúo Coplanacu), Julián Castro en percusión y su hijo Eduardo.
La producción cuenta con piezas de autores jóvenes (como el catamarqueño Diego Córdoba y el cordobés Patricio Mansilla) y otros más experimentados como Canqui Chazarreta y el propio Hugo Casas (con su vals “Eco infinito”). Margarita mamó al folclore desde pequeña en su hogar de Granadero Gatica, un obraje ubicado a 200 kilómetros de la capital. Aunque no suela cantar todo el día (como sí lo practica asiduamente el resto de su familia), Torrens dice sentirse plena al momento de recreación de una obra en escena. “Se trata de una tarea ardua, donde la expresión es todo. Para mí es más difícil interpretar que componer porque al que escucha le tiene que llegar sí o sí”, indicó.
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