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Dirigentes activos y jubilados del Sindicato de Luz y Fuerza, Seccional Villa María, dialogaron ayer con EL DIARIO sobre la situación del trabajador de la electricidad |
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Los dirigentes del Sindicato de Luz y Fuerza, Seccional Villa María, no ocultan el dolor que les causa el traslado de la Regional, fundada hace 68 años en esta ciudad, a la capital provincial.
En el diálogo mantenido con EL DIARIO para hablar sobre el Día del Trabajador de la Electriciad, que se conmemora hoy y que está ligado profundamente al movimiento sindical, destacaron que cada logro obtenido, que hace que el sector se haya convertido en un empleo digno, fue alcanzado con el sudor y la lucha de dirigentes históricos de esta ciudad, que formaron el Sindicato aún antes que se creara la Federación.
“Cuando yo entré a la Compañía (una empresa extranjera), me afilié al Sindicato y mis compañeros me advirtieron que los jefes me iban a mirar mal. Imaginate lo que debe haber sido dirigente en esa época si te trataban así como simple afiliado”, relató Roberto González, un jubilado que ingresó en el año 1949.
Carlos Coppari, quien fue tesorero del gremio cuando se construyó el edificio de la calle Entre Ríos -que hoy pertenece a la Universidad Nacional Villa María pero que por décadas albergó al Sindicato de Luz y Fuerza- recordó lo que costó levantar ese espacio. “Lo hicimos con calidad, responsabilidad y bien controlado. Yo, como tesorero, hasta contaba los ladrillos para que no faltara nada”, aseveró.
Es por eso que hoy, muchos de los dirigentes no pueden ni pasar al frente por el dolor que les causa saber que no es más del gremio. “Nosotros tenemos una gran pertenencia al Sindicato. Somos hijos y nietos de trabajadores de la electricidad. Cuando yo era chica, el único ascensor que conocía era el del gremio”, recordó Carolina González, quien es subsecretaria en la Seccional Villa María.
Pese a todo, decidieron seguir dentro del Sindicato Regional de Luz y Fuerza Villa María (con sede en Córdoba), que abarca a casi toda la provincia. “Nos duele ver que sacaron la palabra ‘Villa María’ de todos los espacios de la Regional. De la Casa del Estudiante, de las Cabañas de Cosquín, de todo lo que se hizo con esfuerzo. La historia de nuestra Seccional, no empezó en el año 2001, como quieren hacer creer ahora. Empezó hace 68 años y ellos -por los jubilados- son testigos de esa historia”, señaló el secretario Seccional, Diego Bencivenga.
Otro de los problemas que avizoran como problemático en el ámbito sindical es la división de la CGT. “Esto nos da un futuro incierto, de mucha incertidumbre, porque cuando se fractura el movimiento obrero, se pueden beneficiar algunos dirigentes o el gobierno, nunca los trabajadores”, apuntó Dardo Giuliani, de la subcomisión de Jubilados.
“Pese a semejante quiebre, pese a las heridas internas abiertas, decidimos mantener las tradiciones, celebrar que somos parte de un Sindicato que alcanzó conquistas y que somos trabajadores que defendemos la dignidad”, indicaron. Por ello, se reunirán en el salón de fiestas Monet el domingo, para levantar las copas por el Día del Trabajador de la Electricidad.
“Vamos a seguir reclamando por mejores condiciones, por el injusto impuesto a las ganancias que afecta tanto a activos como a jubilados y por la defensa férrrea del Convenio Colectivo”, agregaron.
Condiciones de trabajo
La charla va desde el pasado al presente. Los jubilados cuentan cómo era el trabajo en los años ‘40, cuando todavía estaba la Compañía extranjera. “Teníamos una jornada de nueve horas y cinco días de vacaciones”, recordó González.
Por eso es hoy uno de los que más cuestiona la cantidad de horas extras que debe hacer un trabajador. “Si logramos un jornal de siete horas, es para que se pueda estar con la familia, descansar, tener una vida personal y, también, para que haya otros que tengan sus fuentes de empleo. Si en cambio, se hacen jornales de diez horas para sumar salario con horas extras, se pierde aquello que tanto nos costó conseguir”, indicó.
Todos coincidieron con la afirmación del jubilado que, cada mañana, puntualmente, se presenta en la Seccional a las 9, para hacer trámites junto a sus compañeros de la subcomisión de Jubilados, con un sentido de pertenencia que envidiaría cualquier gremio.
Bencivenga explicó que uno de los reclamos que llevan adelante es precisamente el de la necesidad de más personal. “Actualmente, estamos con once personas menos que el plantel del año 1985. En esos años, había 14 mil medidores y ahora, hay 45 mil. Por eso, por las necesidades de la empresa, es que se multiplican las horas extras”, indicó.
Además está la necesidad salarial del trabajador. Si bien muchos consideran que los salarios de los lucifuercistas son excesivos, un ingresante percibe 3.900 pesos de bolsillo, por lo que, para cubrir una canasta o mejorar la calidad de vida, debe sumar más horas.
“A mí me gusta leer sobre el trabajo. Y por ejemplo, Henry (prefiere llamarlo Enrique) Ford, comprobó que hacía más autos cuando los trabajadores tenían jornales de seis horas. Se rinde más así”, agregó González.
Como conclusión de la charla en la que no faltaron críticas a la dirigencia de la Regional y a la de la empresa, los consultados llegaron a la conclusión de que “por todo y a pesar de todo, celebramos ser parte de este trabajo y de esta organización”.
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