Luego de un nuevo caso de violencia de género, esta vez registrado en una vivienda de calle Deán Funes al 1300 de Villa Nueva, que terminó con una mujer herida con un arma blanca e internada, el sacerdote Gustavo Gatto llamó a “no caer en juicios” y consideró que “todos somos violentos”. Asimismo, evaluó que “no hay o hay pocos” referentes sociales que conduzcan a la paz y al diálogo en la República Argentina.
“Es bueno no caer en juicios, sería positivo mirarnos cada uno en nuestro interior. Vivimos muy acelerados y perdemos nuestra esencia, la espiritualidad es lo que perdemos. Vivimos desenfocados, desnortados y eso hace que permanentemente tengamos reacciones violentas”, señaló el cura en su diálogo con EL DIARIO ayer a la mañana, al ser abordado en la plaza Capitán de los Andes.
En este contexto dijo que “se presentan algunos hechos hasta el extremo, como el que hemos visto en estos días”.
“Hay que trabajar para que la violencia interior empiece a apaciguarse, pacificarse, buscando espacios de encuentro personal, en el caso de aquellos que tenemos fe con Jesús”, indicó.
Gatto instó a “empezar a mirar a los otros con benevolencia” y a “regalarnos momentos para dialogar y pedir ayuda”.
“Estamos en un tiempo de violencia, pero los violentos somos todos. Lo más fácil es juzgar a quienes aparecen como violentos, y lo son, pero creo que todos lo somos, que todos tenemos en el corazón rasgos violentos que en algunos se manifiestan más y en otros menos”, subrayó.
“Mi invitación es que podamos recuperar nuestra dimensión espiritual. Eso también es recuperar el diálogo, la posibilidad de perdón, de escucha, del oír y respetar a quien piensa distinto, de pedir ayuda o dar pasos al costado cuando uno ve que no puede manejar circunstancias”, manifestó.
El pastor dijo no poder dar una estadística de casos que le llegan a la parroquia, pero afirmó que “sin dudas el tema violencia, en todos sus aspectos, está presente” y recalcó que él considera “violencia al pibe que se droga, a las dificultades de relaciones” y que detecta que “existe una crisis de los vínculos, que no son tan estables”.
“Al no presentarse vínculos tan estables y firmes aparece la cuestión de la violencia, aunque no se llegue a la violencia física. Uno trata de contener, derivando algunos casos a la Municipalidad. La violencia es un tema que aparece en las charlas que mantengo”, contó.
“Hoy de lo que más se habla es de la violencia contra la mujer, me parece que está en el tapete, pero eso conlleva una violencia a la niñez, una violencia psicológica hacia los niños. Cuando un papá es violento con su mujer, hay violencia psicológica hacia los hijos”, advirtió.
Ante todo este cuadro, Gatto llamó a “tener siempre esperanza” y a “no ser profeta del desánimo”.
“Hay que ser realista, pero hay que ser profeta de la esperanza. Creo en la posibilidad del cambio y del corazón y de la estructura. Creo en la esperanza que nos trae Jesús y en la fuerza que nos da para trabajar. Me resisto a pensar que todo está perdido”, aclaró.
Consultado sobre si la sociedad tiene referentes que apuesten a la paz, evaluó que “no hay o hay pocos”. “La violencia se da por crisis de sentido -es decir, hacia dónde vamos-, crisis de vínculos y crisis de referentes. A veces quienes tienen que tener el rol de apaciguar, no apaciguan. No quiero caer en hablar de nadie en particular. Estamos en tiempos de violencia social y no se ven actores que apacigüen”. “Hay que brindarle un mensaje positivo a la gente”, concluyó.