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“Pepe” atendió muy amablemente en su casa a EL DIARIO |
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La de Juan José Acosta es una de esas historias que conmueven a propios y ajenos. Resulta inevitable intentar obtener el testimonio de un ejemplo de vida como lo es “Pepe”, alguien que a pesar de todas las vicisitudes que se interpusieron en su camino, siempre luchó para salir adelante.
Hoy los resultados le demuestran con creces que su esfuerzo no fue en vano, ya que alcanzó algo que no muchos pueden lograr, sentarse en una gran mesa familiar para soplar nada más y nada menos que cien velitas. Es entonces cuando seguramente se le vienen a la mente tantos recuerdos, tantas historias, tantas andanzas.
“Desde joven siempre trabajé. Los trabajos pesados los dejé cuando me vine a Villa María, yo era de Hernando donde trabajaba en el campo. En esa época se trabajaba mal, aunque nunca me faltó la comida para mis hijos y siempre los mandé a la escuela; mi fallecida esposa me ayudó siempre, tuvimos cuatro varones y dos mujeres a los que nunca les faltó nada", relató.
"En el año 1950 cuando me vine a Villa María trabajé nueve años en la bodega 'Chapanay' que estaba en calle Entre Ríos. Luego la vendieron y el que la compró no se quiso hacer cargo de los empleados más grandes como yo.”
"Luego me llamó otro cuñado que era encargado de una fábrica de aceite de Villa María para darme trabajo. Hasta allá me fui, como siempre, en bicicleta y ahí nomas empecé a trabajar al otro mes."
"Ahí estuve cerca de ocho años, estaba en la parte donde refinaban el aceite. Cuando tenía 58 años perdí el brazo derecho, ayudando a un compañero a limpiar una máquina me chupó el brazo y me lo trituró en varios pedazos. Un médico me dijo que no tenía arreglo así que me lo tuvieron que cortar."
"Me acostumbré enseguida a vivir con un brazo menos, seguí andando como siempre en bicicleta por todos lados, jugando a las bochas, pescando o haciendo los mandados en el barrio. Hasta el día de hoy me vienen a saludar compañeros con los que jugaba a las bochas y me acuerdo de los partidos que jugué con ellos."
"Hoy en día tomo jugo, vino y fernet pero como no puedo hacer mucha fuerza, para eso tengo un vaso especial con manija, eso no me puede faltar (dijo entre carcajadas)."
"A la mañana me tomo un cortado con una medialuna y al mediodía como poco y tomo un poquito de vino. Ahora me levanto más o menos a las 10, me visto y doy vueltas por todos lados porque ya no puedo hacer todo lo que hacía antes."
"El único problema que tengo hoy en día es la falta del brazo, pero en lo demás estoy bien", concluyó.
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