Escribe:
María Laura Tuyaret
Especial para EL DIARIO
La pensaron mucho antes que empezara a funcionar. Era a finales del Siglo XIX y la imaginaron como un cuadrado perfecto. Sus calles tendrían nombres de números, la cruzarían diagonales que con su trazo conformarían rombos y los espacios verdes serían colocados justo cada seis cuadras.
La simetría del diseño resultante fue una cruza entre la admiración de la época por las ideas republicanas de la Revolución Francesa, el “higienismo” y la utopía de una vida social y ecológica más armoniosa. Así surgió La Plata, que fue fundada oficialmente por Dardo Rocha en 1882, dos años después de haber sido proyectada. Su meta era ser capital y núcleo político, administrativo y educativo de la provincia de Buenos Aires.
Entre plazas y
diagonales
“La Ciudad de las Diagonales”, así le dicen. Quien la haya visitado alguna vez, seguramente recordará una cosa: estar perdido. Es que esas avenidas que la atraviesan de manera transversal siempre desorientan a cualquier transeúnte novato y desprevenido, y más si se deja distraer por la bella arquitectura del lugar. Sin embargo, la utilización de números para nombrar las calles es la mejor forma de guiarse en este acabado laberinto urbano concebido por el arquitecto Pedro Benoit.
Las diagonales 73 y 74 estructuran toda la traza de la ciudad y en su convergencia se instala la imponente Plaza Moreno, el corazón de La Plata. Frente a su amplia explanada están la Municipalidad y la monumental Catedral. Esta es una de las iglesias de estilo neogótico más grandes -y más lindas- de Latinoamérica. Sus torres, que miden 112 metros, pudieron ser terminadas de construir recién en 1999. “La Colorada”, le llaman cariñosamente sus habitantes, y es el emblema de esta capital.
La Plata también es una ciudad verde. Era el objetivo de tanto planeamiento previo. Cada seis calles hay una avenida, y en la intersección de éstas emerge uno de los 23 parques o plazas que funcionan como pequeños pulmones, habitados mayoritariamente por tilos.
Visita con los chicos
Si se está de viaje por Buenos Aires, darse una vuelta por La Plata resulta un excelente plan para las familias. Primero, porque se encuentra a menos de 60 kilómetros de Capital Federal. Y segundo, porque ofrece un sinnúmero de propuestas atractivas tanto para grandes como para chicos, y además muy económicas. El Jardín Zoológico o el Museo de Ciencias Naturales son algunas de las alternativas. Pero una de las visitas más seductoras para los más pequeños será, sin dudas, La República de los Niños, una verdadera ciudad hecha a escala de un chico de diez años. Castillos, edificios públicos y hasta una capilla coexisten entre las callecitas. Todo es pequeño, colorido y ordenado. Dentro del lugar también se puede hacer una caminata por el bosque, dar una vuelta en bote por el lago o pasear a bordo de un fantástico tren de época. Este maravilloso parque fue inaugurado en 1951 y no hay visitante que no se vaya de él encantado. Dicen que hasta el mismo Walt Disney se inspiró en él para diseñar Disneylandia. Lo cierto es que la experiencia resultará inolvidable para todos.
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