Escribe Silvina Scaglia, Lic. en Nutrición

El hígado es el órgano que tiene las funciones más variadas y extensas del organismo y es el más involucrado en el metabolismo de los alimentos. La mayoría de los productos finales de la digestión son transportados directamente al hígado donde son almacenados o resintetizados en otras formas o transportados a otras partes del cuerpo cuando son necesarios. El hígado sintetiza la bilis y desintoxica al organismo de varias sustancias, entre ellas los fármacos y las hormonas. No es extraño pensar que si este órgano está enfermo, se presentarán muchas complicaciones en el metabolismo intermedio.
Las dos afecciones más importantes que sufre el hígado son hepatitis y cirrosis. Hoy nos referiremos a la hepatitis. Hepatitis: ésta es una afección caracterizada por un daño difuso del hígado que produce una insuficiencia funcional generalmente moderada y de duración limitada. Es causada por un virus, una toxina, una obstrucción, un parásito o una droga. La hepatitis viral aguda es causada por un virus conocido, de las cuales las formas más comunes son la hepatitis A y la hepatitis B. La hepatitis A es común en los niños y adultos jóvenes y es trasmitida por la vía fecal-oral. El cuadro clínico evoluciona en dos etapas: preictérica, con síntomas de tipo digestivos y generales (anorexia, diarrea, náuseas, vómitos) y otra etapa en la cual la ictericia es el signo dominante. La enfermedad evoluciona en forma favorable en un lapso de 4-6 semanas. La hepatitis B tiene un curso clínico más variable, es más prolongada y tiene mayor tendencia a la cronicidad. El virus puede ser trasmitido por transfusiones o por contacto con sangre contaminada, instrumental médico, quirúrgico, odontológico, tatuajes, etcétera. Desde el punto de vista dietético, la reducción de las grasas es fundamental en los primeros días, pero una vez pasado el período ictérico hay buena tolerancia a las mismas, sólo deben evitarse las frituras por la posibilidad de que ocasionen intolerancia digestiva. Es aconsejable el fraccionamiento en cuatro comidas y dos colaciones y no es necesario, cuándo la alimentación es completa, administrar suplementos minerales y vitamínicos.