“El Estado está tomando conciencia sobre el flagelo de la droga y la faz privada también. Se está implementando una política para combatir la adicción”, sostuvo la psiquiatra Marisa Mainardi, directora médica a nivel provincial de la Casa Nazareth, una organización católica de rehabilitación y prevención de las adicciones, que en Villa María tiene su sede en calle Estados Unidos 8.
Mainardi dialogó con EL DIARIO momentos antes de disertar ante una importante cantidad de público en la mañana de ayer, en el Salón Católico situado a metros de la Iglesia Catedral.
Alrededor de veinte personas son tratadas en la Casa Nazareth de Villa María. “Hay muchos factores que llevan a la droga. Se ve en clases sociales altas pero más en clases bajas. La pobreza es un factor muy importante. La familia es fundamental. Hemos tenido pacientes cinco años, alcohólicos, porque venían de un núcleo familiar alcohólico”, explicó. También habló de la falta de límites, los amigos, el grupo de compañeros. “Los chicos están mucho tiempo solos, y eso influye”.
Consultada sobre una eventual despenalización del consumo de marihuana, advirtió que “la gente lo confunde con legalización”. “Despenalizar no significa que uno pueda fumar en una plaza”.
La profesional se manifestó “absolutamente en contra” de una posible despenalización que, puntualizó, “es un discurso que propone eliminar penalidades asociadas a la posesión o tenencia de pequeñas cantidades de droga destinadas a consumo personal”.
“Hay un factor que se llama reducción del daño. Hay quienes dicen que si se le da a la persona para consumir, ésta puede consumir menos. Pero está comprobado que no es así. La marihuana es adictiva y lleva a consumir drogas más potentes y peligrosas, como la cocaína”, resaltó.
“Se va a consumir más, porque ‘total llevo un cigarrillo y no me van a hacer nada’”, consideró.
“En Holanda la droga está legalizada. Pensaron que así se consumiría menos, y hoy se están dando cuenta que no. Se calcula que en el mundo hay unos 160 millones de personas que consumen drogas ilícitas. Según datos de la Policía Federal aumentó en la provincia de Córdoba un 600% el consumo de sustancias ilícitas en estos últimos cinco años y además se inician a menor edad: antes a los 14, 15 años y hoy a los 11 ó 12”, señaló la psiquiatra.
“La comunidad tiene que trabajar y denunciar. Por ejemplo, denunciar al quiosco que está frente al colegio y vende bebidas alcohólicas a los chicos. A veces la gente tiene miedo. Hay que formar agentes preventores. Es sumamente importante la prevención, por parte del Estado, de la clase política, las empresas y ONG. Se tiene que formar una red”, recalcó.

Ganas de salir

Mainardi subrayó que “cuesta la rehabilitación pero se puede. Es fundamental la voluntad y las ganas de recuperarse. La droga lleva a la pérdida de todo”.
En ese sentido y hablando de la cocaína, apuntó que la abstinencia física dura entre 8 y 10 semanas y la psicológica, años.
Consultada sobre los costos económicos, remarcó que hay programas destinados a quienes no pueden solventar los gastos del tratamiento.