Tiene barredora propia. Y tiene empleados “de sobra”, según denunció la oposición basada en reiteradas declaraciones del Gobierno sobre una superpoblación de trabajadores municipales. Sin embargo, y con enorme polémica, el municipio tercerizará el servicio de barrido.
En medio de este contexto, el Concejo Deliberante autorizó ayer al DEM, por mayoría (sólo con los votos de su bloque oficialista, es decir, los ediles del partido gobernante Unión por Córdoba), a realizar una convocatoria para otorgar el servicio de barrido de las calles de la ciudad con máquina barredora y aspiradora.
Lo curioso del caso es que la comuna cuenta con el material necesario para hacerlo sin privatizarlo. No obstante, el Gobierno argumenta que no hay empleados para ese fin.
El caso despertó enorme controversia y eso se vio plasmado en la sesión legislativa de la víspera, que se inició a las 9.20 de la mañana. Los ediles de la Unión Cívica Radical, Nora Bizzutti y Javier Pérez, y la concejala del Frente Cívico, Magalí Castro, no acompañaron la autorización al llamado a licitación que hará el Departamento Ejecutivo Municipal.
Pérez resaltó que rige una ordenanza de emergencia económica “que no nos permite” avalar esta iniciativa. “Ponemos un camión barredora cero kilómetro y vemos que al intendente le sobran 60 empleados según lo que él ha dicho en medios de comunicación; no tenemos dinero así que no sé cómo pagaremos la contratación”, argumentó. “Si sobran empleados podríamos capacitarlos e impulsar la conformación de una cooperativa, pero parece que una sola persona puede manejar la barredora y que esa persona no está en el municipio. Seguimos contratando gente que no es de la comuna, es contradictorio”, expresó el concejal en el recinto.
Magalí Castro se pronunció en sentido similar e instó a “efectivizar los recursos que tenemos” y a no tercerizar “depositando en manos de otros la resolución de los problemas, menos en este caso en el que contamos con los recursos, con los materiales”.
Nuri Vélez, del bloque Unión por Córdoba, salió al cruce de Pérez: “Si vos querés armar una cooperativa, buscá la forma”, le dijo en reiteradas oportunidades, hasta que el edil le respondió que “nosotros estamos para controlar, no para gestionar”.
Vélez explicó que “no hay encasillamiento de los empleados en choferes”, argumentando que por esa razón no se podía cumplir con el servicio desde la comuna.
También develó que tres trabajadores usaron la barredora y “la rompieron, o no quieren trabajar de noche, o piden horas extras o adicionales”.
Todas estas declaraciones desembocaron en diferentes expresiones de los representantes de las minorías. Nora Bizzutti hizo hincapié en que la ordenanza de emergencia prohíbe contrataciones y advirtió que “escribimos con la mano y borramos con el codo”.
Pérez, Bizzutti y Castro resaltaron que “existe un problema de funcionamiento” y se lamentaron de que “el intendente no pueda hacer cumplir una orden”. “Pongamos un candado y cerremos entonces la Municipalidad porque estamos muy mal”, ironizó el legislador radical.
Vélez evaluó que “los gremios no permitirían” que un trabajador encasillado cumpla la función de chofer. “No te lo cumplen, están para una cosa y no aceptan otra”, declaró. “Todo se trata de llegar a un acuerdo”, remarcó Castro y Pérez dijo que se podría capacitar a “gente que no está encasillada, como los contratados”.
La autorización al llamado a licitación salió por mayoría; como hubo un empate en la votación (tres del oficialismo y tres de las minorías) debió desempatar el edil a cargo ayer de la Presidencia en ausencia de Isaguirre, el oficialista Luis Navarro.