“El sacudón que significó para Carlos Menem la escasa diferencia obtenida sobre Néstor Kirchner en la elección del domingo forzó un brusco cambio de su estrategia: decidió anunciar en forma anticipada los ministros que lo acompañarán si gana el ballottage... El economista independiente Carlos Melconian, uno de los consultores más requeridos del momento, es el candidato de Menem a ocupar el Palacio de Hacienda”.
(La Nación, 30 de abril de 2003)


Ese hombre, el ministro de Economía que no fue, llegó ayer a Villa María y se paró ante 220 empresarios de la ciudad y el campo para analizar la situación argentina en el marco de la severa crisis internacional, a la que definió como “una tremenda piña, una paliza” a los Estados Unidos, que hizo al mundo “más conservador”.
Enfundado en vaqueros y una camisa celeste desabrochada, con su bigote espeso y característico por sobre una barba de cuatro días y bebiendo agua del pico de una botella plástica, Carlos Melconian dijo que compartía el sentimiento generalizado en el sentido de que “la cosa viene mal”, aunque aclaró que “bola de cristal no hay”.
Norteamérica presenta algunos índices “propios de países bananeros”, sufre los efectos del golpe y “los desliza a las 2/3 partes del mundo...”, incluidos los 142 países emergentes, entre ellos la Argentina, que están “un poco mejor parados” que en sacudones anteriores, dijo el especialista que llegó invitado por Cooperativa La Integradora.
“La idea positiva es que esto se supere en 2010 y la negativa es que dure 4 ó 5 años”, dijo.
Al aterrizar en el país, consideró que el modelo kirchnerista “había dado todo lo que podía dar a finales de 2007 y no llamaron al mecánico”.
“Había que poner a dos o tres tipos que supieran, pero no, crean un ministerio como ahora el de Producción, cuando todos sabemos que en este país no hay ministerios. No se trata de tener patrones de estancia (en alusión a los Kirchner) ni tecnócratas, sino de buscar un término intermedio”, afirmó.
Más adelante situó buena parte de “los males” de la economía nacional en torno al dólar (“allá lo devalúan, acá lo aguantamos”).
Para el economista, la desconfianza de la gente (a la que llamó siempre “mi tía”), acentuada tras la estatización de los fondos de pensión, lleva a la gente a comprar cada vez más dólares con fines de precaución, quitando circulante en el mercado.
Melconian llegó a sostener que actualmente “tenemos un nivel de dolarización noventistas”.
A su criterio el Gobierno no cambiará su política en la materia porque “es de morir con las botas puestas”.
Entre sus predicciones para 2009 se cuentan: un dólar más alto, el pago de los vencimientos de la deuda externa (20.000 millones de dólares) se podrán atender posiblemente “echando mano a la masa fina” (los fondos de las AFJP estatizados) y a las reservas. Auguró finalmente una economía oficial intentando seguir las recetas de John Keynes, “aunque sin el circulante necesario”.