Cristina Paul, docente de Lengua de la escuela Belgrano, tuvo que dar clases ayer en el primer módulo, precisamente en el aula donde queda un banco vacío por el trágico final de una jovencita de 12 años.
“Los chicos estuvieron con sus padres en el velatorio y nosotros, como profesores, también. Entre todos buscamos ponerle palabras a esta situación tan difícil. Fue positivo ver que los alumnos, que también tienen 12 años, entendieron que así no se soluciona nada”, dijo la docente consultada por EL DIARIO.
La escuela optó por convocar a un sacerdote (ayer fue el primer día de clases dado que estuvieron el miércoles de duelo), Gustavo Gatto, para hablar fundamentalmente sobre el valor de la vida. El director de la institución a la que asistía la jovencita, también abordó el tema ante el alumnado.
“La verdad, es que en nuestra institución escuchamos a los chicos, lo que por ahí no pasa en escuelas más grandes. Nosotros los conocemos, si hay problemas hablamos con los papás, no sé qué pasó en este caso, porque no vimos ninguna señal previa”, admitió Paul.
Un tema que se abordó también ayer en el Belgrano fue el de las redes sociales. El mismo sacerdote “pidió a los chicos que no se presten al chusmerío de Facebook. Se dicen muchas cosas, pero no todas son ciertas y fundamentalmente, hay que hablar respetando a la niña y a sus familiares”, concluyó Paul, relatando la reflexión de Gatto.
EL DIARIO también consultó a docentes de otras instituciones educativas, donde el tema fue motivo de charla debido a que los alumnos estaban conmovidos por la situación.
Patricia Yangüez, docente de Lengua del Bernardino Rivadavia, dijo que los chicos trataron con respeto el tema. “Se ven conmovidos por la edad y porque la chiquita no haya encontrado a alguien con quien hablar”, dijo.
“En general, veo que los adolescentes están muy solos. Hay pocos padres dispuestos a jugarse y escuchar lo que ellos tienen para decirnos.”
Aseguró que en su escuela se generan espacios de reflexión para abordar problemáticas sociales.
A título personal, ella, como docente y madre, no deja pasar las inquietudes de los chicos cuando las plantean. “Ellos están ávidos de conocimiento.Hablamos de los vínculos, de la violencia, de las agresiones verbales. Noto que muchas veces naturalizan situaciones de violencia en la pareja. Siempre les digo que hablen, que no guarden cosas, que busquen a un adulto de la familia en el que confíen o de la escuela, para poder plantear las inquietudes”, agregó.
Fabiana León, licenciada en Comunicación Social y docente en el ex Nacional y el Vera Peñaloza, coincidió en que los chicos tienen necesidad de verbalizar. “Que encuentren quien los escuche, depende mucho de la voluntad del docente, porque no están dados los espacios institucionales en la escuela”.
“Hoy pareciera que todos gritamos en lugar de hablar”, agregó.
Destacó que muchos temas que son de interés para los adolescentes y jóvenes, se tratan de manera sesgada. “Cuando se habla de educación sexual, por ejemplo, se habla de prevenir embarazos solamente y no del amor, que es una situación de vínculo importante para reflexionar en el aula”.
Considera a la escuela como el espacio en donde todos podrían expresarse, por lo que señaló como carencia el hecho de que no se jerarquicen las disciplinas artísticas “donde el joven se puede expresar más libremente”.
“Siempre digo que los cirujanos tienen bisturí. Nosotros la palabra. Esa es una responsabilidad muy grande y debemos pedirle a los chicos que hablen y saber escucharlos. Es nuestra responsabilidad política en el sentido de que queremos formar ciudadanos, gente que pueda pensarse libremente”, concluyó León.